EL CARACAZO, VEINTE AÑOS.
27 feb 2009
El caracazo o sacudón fue una masacre realizada por la Policía Metropolitana, DISIP, el Ejército y la Guardia Nacional durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez contra manifestantes que habían creado una fuerte ola de protestas, disturbios y saqueos el 27 de febrero de 1989 en la ciudad de Caracas, e iniciados realmente en la ciudad de Guarenas, cercana a Caracas. El nombre proviene de Caracas, la ciudad donde acontecieron parte de los hechos, recordando a otro hecho ocurrido muchos años antes en Colombia; el bogotazo.
Antecedentes
La economía venezolana cayó a partir del endeudamiento que generó el país después del "boom" petrolero en los 70. A partir de ese momento, comenzó una caída paulatina a medida que el Estado venezolano aumentaba su recaudación y gastos. Esto causó una devaluación de la moneda en 1983. A partir de entonces las políticas económicas de los gobiernos de Luís Herrera Campíns y Jaime Lusinchi no fueron capaces de frenar las espirales inflacionarias, generando desconfianza en las inversiones y pérdida de credibilidad en la moneda nacional. Algunas de las políticas que emplearon estos gobernantes fueron controles de cambio a través de RECADI (Luis Herrera Campins) y un control de precios (Jaime Lusinchi), medidas que devinieron en corrupción administrativa y mercados negros de divisas y bienes. Estas situaciones incrementaron la desinversión privada, generando una escasez gradual.
El gobierno de Carlos Andrés Pérez buscó dar un cambio al liberar la economía, a través de un programa de ajustes macroeconómicos promovido por el Fondo Monetario Internacional (FMI), al que se le llamó "Paquete Económico", concebido para generar cambios sustanciales en la economía del país. Se anunciaron medidas de aplicación inmediata y otras de aplicación gradual en plazos breves. El paquete comprendía decisiones sobre política cambiaria, deuda externa, comercio exterior, sistema financiero, política fiscal, servicios públicos y política social. Sin embargo, la liberación de precios y la eliminación del control de cambio generó un reajuste sumamente brusco para las personas de menores ingresos.
Las principales medidas anunciadas fueron:
Someterse a un programa bajo supervisión del Fondo Monetario Internacional con el fin de obtener aproximadamente 4 mil 500 millones de dólares en los 3 años siguientes.
Liberación de las tasas de interés activas y pasivas en todo el sistema financiero hasta un tope temporal fijado en alrededor del 30%.
Unificación cambiaria con la eliminación de la tasa de cambio preferencial.
Determinación de la tasa de cambio en el mercado libre de divisas y realización de todas las transacciones con el exterior a la nueva tasa flotante.
Liberación de los precios de todos los productos a excepción de 18 renglones de la cesta básica.
Anuncio del incremento no inmediato, sino gradual de las tarifas de servicios públicos como teléfono, agua potable, electricidad y gas doméstico.
Aumento anual en el mercado nacional durante 3 años de los precios de productos derivados del petróleo, con un primer aumento promedio del 100% en el precio de la gasolina.
Aumento inicial de las tarifas del transporte público en un 30%.
Aumento de sueldos en la administración pública central entre el 5 y el 30% e incremento del salario mínimo.
Eliminación progresiva de los aranceles a la importación.
Reducción del déficit fiscal a no más del 4% del producto territorial bruto.
Congelación de cargos en la administración pública.
Fue en el gobierno del entonces presidente Pérez, cuando se decide poner en practica de manera inmediata el paquete de ajuste y de medidas económicas, financieras y fiscales. La creciente desaprobación de la gestión del Presidente Pérez, la ruptura con el partido Acción Democrática, la falta de nuevos liderazgos, tuvo como consecuencia que el paquete de medidas fuera rechazado.
El 26 de febrero el ministerio de Energía y Minas anuncia el alza en 30% de los precios de la gasolina y el incremento de las tarifas del transporte público urbano e inter-urbano también en un 30% a partir del 27 de febrero, válido para los 3 meses siguientes, después de los cuales podrían aumentarse hasta el 100%.
Las medidas económicas y sociales impuestas por el gobierno y la creciente tasa de pobreza, originaron la masacre y la ola de violencia llamada como "el Caracazo".
Protestas.
Las protestas se iniciaron en Guarenas (ciudad ubicada a 15 km al este de Caracas), la mañana del 27 de febrero de 1989, también se desatan los saqueos y la violencia en Caracas, la gente de escasos recursos de la capital, en zonas populares como Catia, El Valle-Coche y Antimano, toman el control de las calles. Los canales de televisión transmitían en vivo los hechos, al principio en los sectores populares habían protestas pacíficas, pero ante el descontrol y la ineficacia de los cuerpos de seguridad, se producen más enfrentamientos, motines y protestas, cada vez tornándose de forma más violenta.[1]
En horas de la tarde, había problemas en casi todos los barrios y urbanizaciones de Caracas, los comercios habían cerrado y el transporte público no prestaba servicio.
En los días siguientes, los medios de comunicación mostraron imágenes que permitieron ver la magnitud de los saqueos. Durante muchos meses se discutió cómo pudo acontecer algo tan violento en Venezuela.
Protestas violentas también se originaron en otras ciudades como La Guaira, Maracay, Valencia.
Desbordado por los saqueos, el Gobierno declaró el toque de queda, militarizó las ciudades principales y aplastó las protestas con violencia desmesurada. En la ciudad de Caracas se activó el "Plan Ávila", el cual confería al Ejército la custodia de la ciudad, habilitándolos para el uso de armas de guerra al momento de contener las manifestaciones. Algunos utilizaron armas de fuego para defenderse o atacar a los militares, pero las muertes de policías y militares son incomparables con las muertes de civiles.
Hay un número impresionante de muertos, calculado según las fuentes, entre 300 y 5.000 muertos, enormes pérdidas materiales y miles de heridos. Fuentes extraoficiales señalaron que el número de muertos fueron más de 300. La represión fue especialmente dura en los barrios pobres de la capital.
El poder ejecutivo suspendió las garantías constitucionales. Durante varios días la ciudad vivió sumida en el caos, las restricciones, la escasez de alimentos, la militarización, los allanamientos, la persecución y el asesinato de personas inocentes.
Consecuencias
La consecuencia evidente del Caracazo fue la inestabilidad política. El programa del gobierno fue modificado, en el mismo año de los hechos es acelerado el proceso de descentralización con la primera eleccion directa de Gobernadores y Alcaldes celebrada en diciembre de 1989. El 7 de marzo el gobierno decreta la liberación de precios.
En 1992 se sucedieron dos intentos de golpe de estado, uno en febrero y otro en noviembre. Carlos Andrés Pérez fue acusado de corrupción y apartado de la presidencia, asumiendo por decisión del Congreso Nacional , Ramón J. Velásquez, quien entregó finalmente la presidencia a su sucesor, Rafael Caldera. Hugo Chávez, organizador de uno de los golpes, fue hallado culpable por dirigir la rebelión militar, fue encarcelado, y amnistiado por el sucesor de Pérez, Rafael Caldera, en 1999 Chávez se convierte en presidente de la República.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó la actuación del gobierno. El Estado se comprometió a indemnizar a las víctimas, hecho cumplido parcialmente en el año 2004 con aquellas víctimas representadas por la organización de derechos humanos Cofavic. Sin embargo, a finales de 2006 el gobierno del Presidente Hugo Chávez, a través del Ministerio del Interior y Justicia, anunció mecanismos para indemnizar también a las víctimas que no tuvieron acceso a la Corte Interamericana.[