JOVENES SIN HORIZONTE

29 ene 2010

Lujambio, un reyezuelo contra "ninis"
Sara Lovera

MÉXICO, D.F., 28 de enero (apro).- La primera vez que leí las cifras me quedé atónita: la mitad de los jóvenes de entre 15 y 18 años no estudia ni trabaja. No tienen ninguna opción en un mercado de trabajo saturado.
Las jóvenes abandonan la preparatoria en el primer año, porque son ocupadas en tareas de apoyo económico en su casa o por razones de apoyo doméstico. Los muchachos la abandonan también por esas razones y porque no les parece atractiva la escuela.
Dicen que no aprenden.
El Sistema de Educación Media en 2004 sólo atendía a la mitad de los jóvenes de ahora. Era evidente que necesitaba recursos, insumos, infraestructura. Los excluidos, rechazados, ahora denominados “ninis”, necesitaban ser urgentemente atendidos.
Se descubrió que ese nivel educativo era un desastre absoluto: 18 subsistemas, 200 programas de estudio, escuelas “patito”, 240 mil profesores que nunca fueron capacitados para educar adolescentes, desde que se creó la Escuela Nacional Preparatoria.
El discurso vacuo de que una nación pone sus esperanzas en la juventud se me hizo añicos con tamañas realidades, profusamente documentadas, demostradas, evidentes.
Realidades más enfáticas que el curso de filosofía o los errores de historia. El tema es que los jóvenes no aprenden nada. El dinero se va al agua, gobiernos estatales y municipales no rinden cuentas.
Un día obtuve, a través de quien sí sabe, miles de fotos de edificaciones escolares lamentables, donde no funcionan los baños ni hay pupitres, menos espacios para laboratorios. En fin, un verdadero desastre, del que nunca se enteran los legisladores.
Me dolió el alma, en estos años, en eso de ir viendo qué pasaba en la escuela, la antesala de ir a la universidad. Por las imágenes que se presentan en público, lo que difunde eso que se llama sistema judicial del país, ¿han visto el perfil de los sujetos de apresamientos del “crimen organizado”? Son caras y cuerpos de personas bien jóvenes. ¿El crimen nutrido por los ninis? Esos más de tres millones de jóvenes sin alternativas, presos de la guerra que desató el régimen en turno, muchos de ellos muertos, entre los casi 14 mil ejecutados, con destinos truncados, tal cual lenguaje de telenovela, porque a nadie le importan.
Luego siguen los informes y las quejas. Jóvenes expuestos, perseguidos y asesinados, como el hijo de Josefina Reyes --en Ciudad Juárez--, que se suman a las denuncias de la entrada inopinada de los miembros del Ejército a la Universidad Autónoma de Chihuahua, y los jóvenes que escenifican constantemente los “operativos” de “seguridad”, y todos los que quedan varados por los apresamientos y ejecuciones de sus padres y madres.
Con todo, se emprendió una reforma para la Educación Media Superior, fundada en el diagnóstico. Por primera vez en 70 años los profesores serían capacitados; se propuso, firmó, discutió, un cambio en la currícula, con la creación de un sistema nacional.
Un dispositivo civil de padres, maestros y jóvenes para indagar sus expectativas. Ensayos de futuro.
Y aunque no se conseguiría un cambio radical automático, la reforma iba caminando y a lo mejor hasta funcionaba. Incluso en el Distrito Federal se empezaba a comprender seriamente el tema. Se quitaron obstáculos para desarrollar ese cambio.
Pero la política de desastre en que vivimos de pronto cegó esa posibilidad.
La salida del subsecretario, su equipo, sus planes y proyectos de la Secretaría de Educación Pública, donde manda un nuevo tipo de reyezuelo, al menos pone en serio peligro este dispositivo que contendría la desazón juvenil. Miguel Székely, subsecretario de Educación Media Superior, fue eliminado. Su desgracia fue tomar en serio esta reforma, simplemente.
Resultado de nuestras miserias, es también una víctima de los intereses que, como una telaraña, impiden acciones que molestan a quienes solamente andan buscando el poder, sin ética ni mirada de futuro. En esa subsecretaría se colocó a Miguel Ángel Martínez Espinosa, exsecretario de Educación en Jalisco, una pieza necesaria para los planes de Alonso Lujambio y, por supuesto, los objetivos sucesorios panistas. Es decir, sólo y nada más la búsqueda del poder.
Los jóvenes “futuro” de la nación, ¿a quién le importan?
Y como si esto no fuera suficiente, ahora resulta que Mariana Gómez del Campo, directora de facto del Instituto Mexicano de la Juventud (Injuve) --que además funciona como ariete del más opresivo conservadurismo--, tiene coto privado. Sus parientes fuera de la ley ocupan puestos y hacen políticas para los jóvenes al mejor viejo estilo. Evidentemente, ello forma parte del desprecio a ese futuro que se estaba construyendo, sólo mencionado en discursos vacíos.
Está bien claro. Seguro que un cambio profundo, lento, incomprendido, estorba al prian, esa alianza entre los priistas y los panistas, que necesitan becarios jóvenes para su política indigna, y la política educativa, como vimos en las elecciones de 2006, es solamente un ariete en este universo de complicidades para el control de la población, votos asegurados y también carne de cañón en esta guerra frívola que estamos viviendo, donde educación, derechos humanos y futuro no están en el diccionario.

El modelo
LUIS JAVIER GARRIDO
¿Hasta dónde va a llegar el proceso de desmantelamiento de las naciones de América Latina y de sus instituciones sociales y políticas, que están imponiendo los poderes trasnacionales con la pretensión absurda de edificar algún día un orden supranacional, en el que las grandes decisiones se tomen sin cuestionamiento alguno al margen de los pueblos?
1. El proyecto político de la globalización capitalista neoliberal, que se ha ido definiendo en los últimos lustros, y que supone la estructuración de una mecánica de poder supranacional en que los estados nacionales no tengan voluntad soberana de decisión en materias financiera, económica y social, y sean las instancias trasnacionales controladas por Washington las que tomen las decisiones, está condenado al fracaso porque supone un enorme desprecio para los pueblos, y ya desde ahora se ve su inviabilidad.
2. La cuestión que poco se ha discutido en Latinoamérica y que se ha soslayado, a pesar de constituir una amenaza enorme para el continente, ha sido la edificación del nuevo orden político mundial, que supone la destrucción de los entramados institucionales nacionales, y que se ha ido llevando a cabo implacablemente al tiempo que se enajenan los recursos estratégicos de los pueblos, lo mismo en Brasil que en México, donde las cartas constitucionales no son sino letra muerta y los pueblos tienen cada vez menos derechos reales, en aras de imponer ese orden supranacional, gracias a la colaboración de grupos mafiosos en cada país.
3. En México, los integrantes de la zafia extrema derecha yunquista-panista en el poder desde 2000, sin proyecto político y nada que proponer a la nación, con ánimo depredador pocas veces visto en la historia del continente, pero sabiéndose dirigidos y amparados desde el exterior, se han solazado en destruir las instituciones sociales y políticas de la República, con el ánimo de abrir la vía para que las multinacionales controlen el país, confiados en que no hay fuerza política o social que pueda detenerlos en el marco de la legalidad vigente si no es mediante un conflicto de enormes dimensiones. El caso del intento patético del gobierno de Calderón por destruir Luz y Fuerza del Centro y de paso eliminar al SME, el sindicato independiente más vigoroso de México, cancelándole sus derechos constitucionales a 44 mil trabajadores, es significativo.
4. La imposición del modelo capitalista neoliberal, que con el leitmotiv de la desregulación ha tendido a reducir a su mínima expresión a los estados nacionales, se fue haciendo en América Latina de manera autoritaria desde que se inició el experimento de imponer el modelo, primero en la Argentina de los generales en los 70 y luego en el Chile de Pinochet (1973-1990), tratando de relegar a las instituciones políticas formales a meros instrumentos de las nuevas políticas, creyendo a ciegas en su funcionalidad, pero a finales del siglo pasado en los centros de decisión militar y financiera de Washington en los que se creía posible maquillar las nuevas políticas con un discurso seudo democrático, se fue abandonando esta idea.
5. Las instituciones políticas liberales definidas desde el siglo XVIII (con regímenes constitucionales que sustentan los derechos individuales y sociales, la democracia política, la división de poderes o los tribunales autónomos) no podían ya seguir enmascarando la toma de control del continente por las multinacionales, porque el despertar democrático en muchas latitudes empezó a frenar este proceso destructivo al hacer valer muchos pueblos sus derechos sustentándose en esas instituciones, que muchos seguían estimando como anacrónicas, por lo que se dio marcha atrás en tal pretensión con la consecuencia de que el gobierno de Obama y las grandes corporaciones para las que trabaja, que al llegar al poder tenían como misión maquillar estas políticas, están haciendo al lado toda compostura.
6. La administración de Obama ha perdido en muy poco tiempo el estilo y al cumplir un año aparece tan burda en su barbarie como la de Bush, en especial en América Latina. Tras el golpe de Estado del 28 de junio en Honduras, decidido y organizado por la Casa Blanca, y la imposición de un pelele suyo, el espurio Porfirio Lobo, vinieron nuevas ofensivas contra los gobiernos boliviano y argentino, el abandono del proyecto de una nueva política frente a Cuba, una violenta campaña económica y política para combatir al gobierno de Hugo Chávez de Venezuela y la toma militar de Haití con el pretexto del terremoto del 12 de enero, sin soslayar un apretón de tuercas en México, donde Calderón no oculta ya su papel de empleado de grandes trasnacionales y, la misión que se le ha impuesto de desmantelar las entidades públicas, mientras deja a la DEA y a la CIA decidir impunemente en México en nombre de la globalización neoliberal.
7. El Foro Social Mundial (FSM), cuyos primeros 10 años se celebran este 2010 en Porto Alegre (Brasil), en medio de un malestar creciente en todos los pueblos de la Tierra por las políticas depredadoras que se han ido extremando en el planeta y que están llevando al desastre en todos los órdenes, abrió en diversas ediciones foros de discusión sobre la cuestión de las instituciones políticas y sociales nacionales y su conflicto con los grandes poderes económicos y políticos trasnacionales, y ahora resulta urgente reabrir estas discusiones de cómo poner un alto al nuevo orden económico, social, jurídico y político supranacional que se ha edificado en las tres últimas décadas para hacer prevalecer los derechos de corporaciones sobre los de individuos.
8. El Foro Económico Mundial de los poderes multinacionales, que se abrió ayer en la elegante estación de esquiar de Davos, en los Alpes suizos, habla de repensar, rediseñar y redificar el modelo de dominación que las grandes corporaciones han edificado en los últimos 30 años, y que ha constituido una guerra contra los pueblos de la Tierra, y es claro que hablan de ese nuevo orden económico mundial tan ilegítimo e injusto que han ido construyendo, pero también del nuevo orden político (y seudo jurídico) que lo hace viable.
9. Ese proyecto económico y político neoliberal está condenado al fracaso, pero para detenerlo lo antes posible es menester tener claridad sobre lo que acontece y reconocer que cuestiones como la defensa de las instituciones constitucionales o de las empresas públicas, supone también la defensa de los derechos individuales y sociales de todos.
10. Desde abajo hay que repensar, rediseñar y redificar el proyecto popular, pero entender que defender ahora el viejo orden constitucional, que la derecha busca destruir, es defender los derechos de todos.
Una república laica
GABRIELA RODRÍGUEZ

Ningún panista pretendería fortalecer la laicidad del Estado como parte de la reforma política porque los principios doctrinarios de este partido tienen una clara inspiración católica e integrista. Además, el poder económico y de movilización de los jerarcas eclesiales han resultado pieza clave para la legitimación de un Presidente producto de elecciones fraudulentas, punto de apoyo para reformas legales de carácter retrógrada en el interior del país (leyes anti-aborto en 18 estados), fuente de fortaleza para algunos gobernadores (no sólo pertenecientes al PAN, sino también al PRI, como el caso de Mario Marín, el góber precioso, o Enrique Peña Nieto, a quien actualmente se le reconoce más poder que al propio Calderón y que a todos los líderes del Congreso), así como palanca para golpear al PRD y al jefe de Gobierno de la ciudad de México (por las reformas que autorizan la interrupción del embarazo por decisión de la mujer y el matrimonio de personas del mismo sexo).
Tales efectos de la alianza de elites políticas con los jerarcas de la Iglesia católica bien podrían explicar el debilitamiento de la laicidad del México actual. Se trata de una dimensión que tendría que reforzarse en la reforma política, toda vez que fue fundacional a la formación del Estado mexicano y puede ser un instrumento ante la decadencia del sistema político y la incipiente democracia.
Hace 150 años Benito Juárez logró el reconocimiento de la supremacía del Estado sobre la Iglesia al instaurar el Estado laico y las Leyes de Reforma; Ignacio Ramírez, Melchor Ocampo y Francisco Zarco evitaron los fueros y privilegios eclesiásticos al precisar los alcances de la laicidad y que se pudieran garantizar los derechos sociales, así como la autonomía de los sindicatos, del Poder Judicial y del Poder Legislativo frente al Ejecutivo, la exclaustración de los conventos, la extinción de los delitos de prensa, así como la instauración de la educación laica y gratuita en todo el país.
La permanencia de la educación laica está atrás de la cultura secular y progresista del pueblo de México, del rechazo a la mezcla de la esfera política con la religiosa, y de la exigencia al Estado para garantizar las libertades y los derechos humanos. Podríamos entender que las movilizaciones sociales que hemos vivido en años recientes son respuesta a la gravedad de la represión, persecución y hasta ejecución de defensores de los derechos humanos, así como de periodistas y activistas que luchan por la justicia social.
En plena celebración del bicentenario de la Independencia de México recordamos que la Iglesia católica excomulgó a los sacerdotes Miguel Hidalgo y Costilla y a José María Morelos y Pavón por ser insurrectos y luchar por la independencia del país. Además del movimiento de Reforma que se impuso sobre la Iglesia, ésta fue nuevamente derrotada al promulgarse en la Constitución de 1917 la libertad de creencias y la educación laica. Actualmente en el artículo 3º constitución se convino en establecer que la educación que imparta el Estado será laica ajena a cualquier doctrina religiosa; el criterio que orientará a esa educación se basará en los resultados del progreso científico, luchará contra la ignorancia y sus efectos, las servidumbres, los fanatismos y los prejuicios.
Por su parte, el artículo 24 constitucional tutela la libertad de creencias y, en esa misma tesitura, el 130 constitucional consagra el principio histórico de la separación del Estado y las iglesias.
La falta de reacción del gobierno federal a las múltiples vejaciones a la laicidad y la consideración de que ésta supone mucho más que la separación del Estado y las iglesias, llevó al grupo República Laica a elaborar una iniciativa para fortalecer el Estado laico, la cual será presentada la próxima semana en las primeras sesiones del Congreso.
Dicha iniciativa lleva tres años de trabajo y fue inicialmente impulsada por las ex diputadas Elsa Conde Rodríguez, del Partido Alternativa Socialdemócrata; Martha Tagle Martínez, de Convergencia, y por Rosario Ortiz Magallón, del Partido de la Revolución Democrática (PRD); fue diseñada por el profesor Roberto Blancarte y activistas como Aidée García, de Católicas por el Derecho a Decidir, del Grupo de Información en Reproducción Elegida, Afluentes SC, Demysex, Foro Intereclesiástico Mexicano, Frente por la Cultura Laica, Libertades Laicas, iglesia La Luz del Mundo y Logia Masónica. Muchos ciudadanos, académicos, intelectuales y artistas se están sumando al interés por fortalecer el Estado laico, las y los legisladores del PRD la están impulsando, además de María de los Ángeles Moreno y Beatriz Pagés, de otras fracciones.
La propuesta se centra en incluir la palabra laica en el artículo 40 constitucional: “es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática, laica, federal, compuesta de Estados libres y soberanos ….” Además, para que entiendan los panistas que rechazar el matrimonio gay es discriminar y atentar contra el Estado laico, y para que comprendan los legisladores del PRI que al criminalizar el aborto están pisoteando la laicidad y los derechos de las mujeres, se busca precisar su definición en el artículo 130: El Estado mexicano, cuya legitimidad política proviene de la soberanía popular, asume el principio de laicidad como garante de la libertad de conciencia de todas las personas y, en consecuencia, de los actos que de ésta se deriven. Garantiza también la autonomía de sus instituciones frente a las normas, reglas y convicciones religiosas o ideológicas particulares; así como la igualdad de todas las personas ante la ley, independientemente de sus convicciones o creencias.