SILENCIO OMINOSO

1 abr 2010

Lo que no quieren que se sepa
JORGE CARRILLO OLEA
Como avestruces, nuestro gobierno no quiere saber o no quiere que se sepa lo relativo a los silentes universos del crimen organizado. Yo prefiero pensar que lo saben y no quieren que se sepa, a pensar que, como tantas cosas, la verdad es que lo ignoran. Me refiero a esos universos del delito, sus insumos, sin los cuales las organizaciones criminales, a las que el gobierno se ha deleitado en considerar en guerra, sencillamente no existirían. La alusión es a:
1. Los caudillos superiores, que claramente no corresponden a los andrajosos que a diario nos presenta la televisión, operan como una suerte de consejo de administración u órgano de gobierno de esas organizaciones. En ellos participan personas que tienen una visión universal de los negocios, que saben de finanzas, de rentables inversiones, de mercados, de demanda y oferta, de distribución, de determinación de precios, de idiomas, de cómo hacer las costosas adquisiciones de políticos, policías, así como de transportes aéreos y armas. En fin, de todas aquellas funciones que corresponden a las jerarquías superiores de una empresa multimillonaria.
Quienes sin ese nivel de talento hubieran sido capaces de dirigir la invasión ya total de Centroamérica, creado una bien urdida red de autoridades cómplices y encubridoras, comprando tierras, financiando cultivos clandestinos y creando una red de laboratorios encubiertos y medios de transportación. Quien ha tenido nivel suficiente para desplegar representaciones y hacer negocios en el Cono Sur; de ser el enemigo a vencer en 200 ciudades estadunidenses, que según un informe del Departamento de Justicia, elaborado por el Centro de Inteligencia Nacional de Drogas, señala que la mafia con mayor presencia es la que pertenece a Joaquín Guzmán. El narco mexicano ya está invadiendo África Occidental y ha conquistado un pie de playa en Europa, principalmente en Alemania, España, Portugal y los Países Bajos, inicialmente en operaciones de lavado de dinero.
2. Al otro extremo, como en un Ejército, está el soporte de inteligencia y logístico. Dicho en breve, el porqué el crimen sabe más y más oportunamente de los ejércitos que éstos del crimen, y cómo adquieren los insumos que necesitan para luchar entre ellos y con las legiones gubernamentales.
La inteligencia la obtienen básicamente de dos fuentes: de sus infiltrados en todos los niveles de la política y la policía y en las mismas cohortes y centurias de militares y policías. Han sabido crear una red social que los protege y considera sus benefactores, en esta red conviven también sus informantes. La inteligencia del narco trabaja a todo vapor. Mantiene esquemas de vigilancia, intercepción de comunicaciones, tiene vigilantes encubiertos, cámaras de video en ciudades y carreteras y para cada operativo una corriente de informes en vivo con que abastecen cada 10 o 15 minutos a sus redes operativas en puntos vitales del terreno.
Los remplazos humanos son reclutados con gran facilidad entre desertores del ejército y policías, en bares, antros y todo giro negro, centrales camioneras, el Metro, entre campesinos empobrecidos, en áreas urbanas proletarias y aun entre escolares. La seducción es poderosa y rentable: los jóvenes de estas clases sociales se encuentran en la desilusión total, de ahí las penosas generaciones llamadas nini, o sea, que ni trabajan ni estudian. Su desprecio por la autoridad se nutre de la falta de horizontes. Los padres desesperados por la impotencia ven cómo sus hijos se van, sin tener razones contundentes para disuadirlos. Son una fuente fluidísima e inagotable de legionarios del mal, exactamente, tan fluida e inagotable como fue el Vietcong.
De acuerdo con encuestas de firmas serias, estos jóvenes no sólo están en la desesperanza, sino que encuentran naturales y por lógica atendibles los llamados de los narcos para unírseles, básicamente por la propensión aventurera de la edad y por el dinero fácil, ambos están muy en el ánimo de una juventud sin futuro. Un segmento de la sociedad popular gusta de los corridos y otras manifestaciones apologéticas del narco que lo pintan como benefactor social.
3. El lavado de dinero es el otro recurso vital para el negocio. Medio ignorado hace una década hoy está en la conciencia de todos el que junto con los flujos ilegales de armas, son los recursos que sostienen la rentabilidad y viabilidad de la negociación en todos sus niveles. Véase la fortuna del señor. Joaquín Guzmán. Está en nuestra conciencia, lo sabemos todos, pero las autoridades hacendarias se niegan a cumplir con su deber por la vía del silencio y la simulación. Las inversiones extranjeras peligrarían, es su canción.
De todo esto es de lo que el gobierno no quiere hablar, pero será siempre mejor pensar que conocen estos mundos y decidieron desestimarlos, a pensar, lo que sería terrible, que no saben nada de ellos. Atenderlos consecuentemente sería una forma efectiva de hacer certera la prevención de los delitos emparentados con la droga. De los tres se ha desentendido el gobierno y no deja de sorprender o asustar en su caso, que con tanto cerebro, civil y militar en las mesas de reflexión, no haya habido una voz de alerta. Visto así, Calderón o es sordo, como se afirma, o es víctima del viejo signo de rodearse de puro “yes, men”. Estos colaboradores ni le son útiles ni lo serán, por lo que su infierno resulta más abrasador de lo estimado. Enfrentados entre sí sus miembros por falta de un mando ejemplar y severo, el gobierno se está desmoronando por dentro por su impericia, corrupción y rapacidad.
Antes de que lo hagan los estadunidenses, que ya han declarado su decisión de operar en México y nosotros les hemos dado el correspondiente plácet, alguno de los talentos presidenciales debería llevar a la atención de su jefe ciertas inquietudes como las que se han planteado o si es terreno que ya está arado, debiera dar muestras de que se les ha considerado en la dirección de las operaciones y se está actuando con la claridad y eficacia pertinentes. No lo creo.
Legionarios vs. Vaticano, salir del clóset
Jenaro Villamil
MÉXICO, D.F., 30 de marzo (apro).- Así como los pecados católicos no pueden convertirse en delitos, como ha pretendido hacer la jerarquía eclesiástica en el caso de los matrimonios gay o la despenalización del aborto, tampoco le resultará a la Legión de Cristo el mea culpa tardío por los delitos cometidos por su fundador, Marcial Maciel, considerándolos simples pecados que se expían con una carta o con pedir perdón a cada una de las víctimas, según lo expresado por su actual director, Álvaro Corcuera. El exceso de astucia del comunicado de los Legionarios de Cristo, difundido el pasado viernes 26, no corrige ni resuelve la impunidad que rodea la historia en torno de Maciel y al imperio que fundó con el aval, la complicidad y el encubrimiento de las autoridades de El Vaticano.
Con toda claridad lo señaló José de Jesús Barba Martín, uno de los más tenaces y lúcidos denunciantes y víctimas de Maciel, al día siguiente de conocerse el comunicado.
“No pueden decir que exclusivamente se trató de un hombre que engañó a la sociedad, que engañó a la Iglesia y que los engañó a ellos. Pudo haber engañado a unas cuantas personas, que no lo conocían de cerca. Pero ellos fueron colaboradores cercanos”, afirmó Barba Martín.
Y señaló a los 16 colaboradores más cercanos de Maciel, que actualmente tienen en sus manos el manejo del imperio de la Legión, cuyo presupuesto asciende a unos 650 millones de dólares al año, tan sólo por las colegiaturas de los 176 colegios, 15 universidades y 50 institutos de educación superior donde atienden a 132 mil alumnos en 22 países donde tienen presencia.
De acuerdo con Barba, entre las personas que estaban en el primer círculo de Maciel figuran: Álvaro Corcuera, actual director de los Legionarios; Luis Garza, el vicario general, así como los consejeros generales Michael Ryan, Joseph Burtka y Francisco Mateos, además de Evaristo Sada, secretario general, y José Cárdenas, director territorial de Chile y Argentina, entre otros.
Por mucho que hayan sacado del clóset a Maciel, los corresponsables de mantener la simulación y la complicidad difícilmente podrán librarse de las consecuencias bajo señaladas:
1) El futuro de la Legión y el pleito con Ratzinger: No es una circunstancia fortuita la que obligó a los Legionarios a asumir que Maciel abusó sexualmente de seminaristas durante varias décadas. En el fondo, hay un pleito de sobrevivencia y de poder entre el papa Joseph Ratzinger, que también conoció y calló muchos de las denuncias en contra de Maciel cuando encabezó, durante el papado de Juan Pablo II, la Congregación para la Doctrina de la Fe, y las redes empresariales, eclesiásticas y mediáticas que poseen los Legionarios.
Antes de que su papado acabe señalado por la ola de escándalos que han salido a relucir en Berlín, Irlanda, Estados Unidos y en su propio entorno cercano, Benedicto XVI ha decidido enfrentar el “pecado” de la pederastia y de los abusos sexuales, intentando una mayor centralización de la Santa Sede para eliminar los “focos rojos” que existen en esta institución milenaria.
Uno de esos “focos rojos” es, sin duda, la Legión de Cristo, un poder dentro de otro poder. Tan sólo para dar una idea de las dimensiones de la empresa que fundó Marcial Maciel basta revisar las estadísticas propias de 2009: tienen 3 mil 400 miembros, de los cuales 800 son sacerdotes distribuidos en 22 países.
A través de su “brazo laico”, conocido como Regnum Christi, y de sus 75 mil miembros distribuidos en 45 países, reciben un promedio de 100 millones de dólares de donaciones anuales y administran una serie de “misiones”, clubes juveniles, etc.
Además, poseen la Fundación Altius, que recibe ingresos propios y tiene presencia en 13 países. Encabeza 48 proyectos, incluyendo un Centro Altius Integra para atender a inmigrantes en Europa.
Las redes de la Legión de Cristo también incluyen la administración de medios de comunicación, como la estación de radio Guadalupe, en California, Estados Unidos; las revistas National Catholic Register y Faith and Family Magazine, así como la agencia de noticias Zenit, con 615 mil 386 suscriptores en 19 países.
La auditoría a las cuentas de las empresas de la Legión de Cristo es el otro ángulo de la disputa entre El Vaticano y la orden.
2) La indemnización a las víctimas y a los herederos: Hasta antes de la muerte de Maciel, el escándalo de los abusos sexuales y de su narcodependencia era la preocupación central para la Legión de Cristo. Invirtieron dinero, poder y relaciones para amedrentar a los medios que documentaron las denuncias de las primeras víctimas que desde 1997 dieron su testimonio.
Ganaron tiempo, pero no pudieron evitar que El Vaticano iniciara una investigación en torno de estas denuncias.
Desde 2008 comenzó a ventilarse que Maciel no sólo abusó de sacerdotes y seminaristas, sino también tuvo una “doble vida”.
En la prensa española, y después en los medios mexicanos, se documentó que Mon Pérre tuvo, por lo menos, tres hijos –una mujer y dos varones– y dos relaciones de carácter marital, y abusó también de sus propios vástagos, incluyendo a uno adoptado.
Raúl y Omar González Lara, dos de los hijos de Maciel, junto con su madre Blanca Estela Lara, aparecieron en una extensa entrevista con Carmen Aristegui en MVS para denunciar la relación con el fundador de los Legionarios.
La respuesta de la institución no fue ni compasiva ni caritativa. Asumieron que Marcial Maciel tuvo una “doble vida” –eufemismo para negar el encubrimiento– y acusaron a los hijos de querer extorsionarlos cobrando 26 millones de dólares.
En este terreno la Legión no ha cambiado un ápice su discurso. Cuando se trata de resarcir el daño a las víctimas o de pagarles a sus hijos la parte correspondiente de su patrimonio, han reiterado que se trata de extorsión.
Emilio Bartolomé, vocero de la Asociación de Ayuda a Afectados por las Enseñanzas del Grupo Religioso Legionario de Cristo, inscrita en España, advirtió que no basta con reconocer los “pecados” de Maciel. Sólo queda un camino: “reparar el daño a las víctimas, según las exigencias de justicia y caridad cristiana, y luego convocar a un capítulo general para refundar o desaparecer la orden”.
3) La Legión y el escándalo mediático: Las innumerables preguntas sin respuesta generarán una dinámica de nuevos escándalos mediáticos. Querer sacrificar la figura de Maciel para salvar a la institución es una operación difícil de sostener por una sencilla razón: la institución era Maciel.
El grado de personalización, de control y de tiranía que llegó a tener el sacerdote de Cotija, Michoacán, en torno de la Legión de Cristo no nos habla de “renglones torcidos” ni de la posibilidad de “dar vuelta a la página”. El renglón torcido se sigue escribiendo y Maciel no era una página más, era el libro, la doctrina y la esencia de la orden religiosa.
La dinámica mediática ha vencido a los propios intentos de censura: desde las presiones de anunciantes vinculados a la Legión que recibieron en 1997 La Jornada y CNI-Canal 40, hasta el empeño de la jerarquía mexicana por minimizar, excusar o excomulgar a quienes se atrevan a indagar más allá del guión que han escrito sobre la marcha.
El escándalo mediático ha resultado ser una medida no deseable, pero eficaz, ante el ambiente de impunidad que rodea las historias legionarias.
“Cuando los representantes de los dioses y de los césares cenan en la misma mesa, la sociedad busca la salida por otras vías. Una de ellas son los medios”, escribió Diego Pettersen Farah en El Informador, para explicar la delicada trama que se ha tejido en torno de Maciel.
La última perla del escándalo la acaba de proporcionar el obispo legionario de Cancún, Pedro Elizondo. Para este prelado, los curas pederastas, incluido Maciel, “lo hicieron por ignorancia, a lo mejor no lo sabían. En tal medida puede aplicárseles el precepto de Jesucristo: ‘perdónalos, porque no saben lo que hacen”.
La justificación resulta grosera y es pólvora para otros escándalos. Si tan inocentes o ignorantes de su propio delito fueron, ¿por qué presionaron para acallar los testimonios de las víctimas? ¿Por qué ignoraron durante décadas el punto de vista de los propios abusados? ¿Por qué insiste la jerarquía católica en minimizar lo que a todas luces resulta ser un problema consustancial a las reglas de sumisión, silencio y simulación que no tiene nada qué ver con la genuina doctrina cristiana?
El verdadero escándalo mediático no es que la Legión haya decidido sacar del clóset a su fundador. Marcial Maciel no era Ricky Martin ni hubo valentía en su papel de cabeza visible de una teología a favor de los ricos, poderosos y blancos. El verdadero escándalo es tratar de reducir un problema de poder, de fe y de justicia a una pequeña temporada en el infierno.
¡No temas! ni trates de entender
OCTAVIO RODRÍGUEZ ARAUJO
Me parece muy propio el tema para la llamada semana santa. Me refiero a la posición de la Iglesia católica y de los legionarios de Cristo en particular en relación a los miles de casos de abuso infantil por sacerdotes de esa religión.
Para los católicos esta semana es, se supone salvo para quienes disfrutan las aglomeraciones en las playas, un periodo de reflexión, de recogimiento, de sacrificio si es necesario y, para las niñas y señoritas de los colegios de los legionarios, de evangelización en pueblos del país con camisetas que, además de llevar una efigie de Jesús crucificado, dicen Be not afraid! (¡No temas! Ver fotografía en La Jornada, 28/3/10, p. 14.)
La bendición de las jóvenes misioneras no fue en Texas o en Ohio, como pudiera creerse, sino en la Basílica de Guadalupe, y el encargado de dicha ceremonia fue el cura Rodolfo Mayagoitia, director territorial de la Legión de Cristo. El no temas ¿qué quiere decir en el contexto de las denuncias públicas de pederastia que tuvo que asumir el papa Benedicto XVI? ¿Que tal vez las querrán linchar en los pueblos donde van a hacer su misión evangelizadora? ¿Que las insultarán diciéndoles cosas como hijas de Maciel? ¿O se trata simplemente de enseñar inglés a partir de una frase que podría parecer críptica para muchos?
Leí el comunicado sobre las presentes circunstancias de la Legión de Cristo y del Movimiento Regnum Christi del 25 de marzo de este año, firmado por Álvaro Corcuera, director general de la congregación, y por otros 15 consejeros y directores en diferentes países. Asimismo, leí la carta del mismo Corcuera a los miembros y amigos del Movimiento Regnum Christi de la misma fecha. La carta se envió a muchos junto con el comunicado. Y fue reproducida en colegios y universidades.
Esta carta es muy interesante por el mensaje entre líneas que plantea. El personaje central es María, la madre de Jesús de Nazaret, de Cristo. Y escojo dos párrafos muy elocuentes (las cursivas son mías):
“¡Cuántos acontecimientos vinieron a trastornar la vida de María, sin que Ella pudiera comprender! Desde el anuncio mismo del ángel, pasando por un sinfín de imprevistos, contratiempos, percances, contrariedades, y al final, el desenlace trágico, ciertamente anunciado, pero igualmente incomprensible, tan contrario a lo que razonablemente cabría esperar del destino de uno que es nada menos que el Hijo de Dios. Ella, ¿qué hacía? ¿Cómo reaccionaba?
“[…] Las meditaba. Desde la fe. Las meditaba sin entender. Las platicaba con Dios, sin pedirle cuentas ni explicaciones. Sencillamente sabía que todo formaba parte de sus designios, que Él sí sabía qué y por qué hacía. Y eso le bastaba. Aunque no entendiera nada. Meditaba todas las cosas, no para quedarse en un lamento estéril ni para compadecerse de sí misma. Para tratar de comprender mejor el plan de Dios. Para pedirle fuerzas para aceptarlo. Y para entregarse dócil, humilde y gozosamente a su realización.”
Los énfasis en cursivas son la clave del mensaje del director general de la Legión de Cristo y de su actitud machista. No se trata de entender, si la misma María, madre de Dios, no entendió nada ni su sorprendente concepción sin el concurso de José ni la cruel muerte de su hijo. Se trata de aceptar, pues Él (con mayúscula, porque se refiere a Dios) sí sabía y sabe por qué hace las cosas. Si escogió a un delincuente y drogadicto –nunca debidamente juzgado– para fundar y desarrollar la Legión de Cristo y el movimiento Regnum Christi al que pertenece o pertenecía Marta Sahagún, es por algo que formaba parte de sus designios.
El mismo Corcuera lo explica en su carta:
“Pienso que ésa es la fe que Dios nos está pidiendo. Quizás nunca llegaremos a comprender el porqué de tantas cosas que han venido a la luz. Ni por qué Dios eligió un instrumento así para poner en pie la Legión de Cristo y el Regnum Christi. ¿Por qué la Legión y el Regnum Christi no podrán presentar la figura del fundador igual que otras congregaciones y movimientos? Dios lo sabe. Hemos de aceptarlo con fe. Y con fe y humildad reconocer que, a pesar del misterio tan grande, Dios es más sabio que nosotros. Una vez más se verifica su advertencia: ‘Mis caminos no son vuestros caminos’ (Is 55, 8).”
De esta manera el legionario Corcuera no sólo justifica a Maciel como fundador y director general de la congregación por varios años, además de sus perversiones y pecados, sino que está demandando perdón para el depravado, pues así lo escogió Dios. No se trata de entender, sino de aceptar y continuar como si nada hubiera pasado. Todo el asunto se resume en el hecho de que Dios, como enseña el catecismo, puede sacar un bien de las consecuencias de un mal, incluso moral, causado por sus criaturas.
En síntesis, lo que dicen es gracias Señor por habernos puesto a Marcial Maciel y por sus víctimas inocentes durante cinco décadas. El bien de esos males fue la Legión de Cristo y el Regnum Christi. De las víctimas de los pederastas, propios de la congregación y ajenos, no dijo nada, no hay en la carta de Corcuera ninguna mención ni solicitud de perdón, mucho menos una propuesta de indemnización que bien pudiera pagar la legión con los muchos millones de dólares que tiene (no de gratis se les conoce como los millonarios de Cristo).
Lo que hay es una justificación y un llamado a no tratar de entender los designios de Dios ni su habilidad para escribir recto sobre renglones torcidos. Maciel debe ser perdonado, fue un mal para producir un bien, borrón y cuenta nueva. Adelante con el negocio que engrandecerán los padres ricos de los niños y jóvenes que estudian con los legionarios y los benefactores que tienen fe en los extraños designios de su dios.