DETENER AUTONOMIA Y DEMOCRACIA,VIA EL TERRORISMO
18 may 2010
Pueblo triki: en la lucha por la autonomía
Escrito por Adelfo Regino Montes
Con los lamentables sucesos acaecidos el día 27 de abril, en el paraje Los Pinos, de la Sabana Copala, en que integrantes de la Unión de Bienestar Social para la Región Triqui (UBISORT), emboscaron a la Caravana de Observación por la Paz, misma que llevaba ayuda humanitaria a San Juan Copala, y en donde perdieron la vida los activistas en derechos humanos, la mexicana Beatriz Cariño Trujillo del Centro de Apoyo Comunitario Trabajando Unidos (CACTUS) y el finlandés Jyri Antero Jaakkola, el Estado y sus diversos aliados han vuelto a abrir las venas heridas y reavivado una vez más el ciclo de violencia, como el mecanismo de mayor eficacia para el sometimiento político y económico de esta ensangrentada región indígena de Oaxaca.
Es, sin duda alguna, una señal contundente que han decidido enviar a propios y extraños que, por diversas razones, quieran apoyar y acompañar el proceso de lucha que, de manera cotidiana, libran los pueblos indígenas y la sociedad en su conjunto para conseguir la autonomía, la democracia, la justicia y la paz en la Entidad. Con la espada desenvainada, piensan que, no quedando otro recurso más, es hora recurrir a la violencia en todas sus formas para lograr dos objetivos fundamentales: por un lado, detener el proceso de autonomía en el que se encuentran los barrios y las comunidades trikis; y por el otro, generar un escenario de terror y miedo para intentar detener el cambio democrático que exigimos y necesitamos los oaxaqueños.
Esta agresión no es nada nuevo para los trikis. En su milenaria historia, particularmente en los tiempos de la colonización española y después de la creación del Estado mexicano, este pueblo ha sufrido un largo proceso de sometimiento político, desintegración territorial, explotación económica, discriminación racial y exclusión en todos los órdenes de la vida cotidiana, y es desde luego, una de las razones torales que subyacen en todo el ambiente dramático que vive la región.
En este contexto, no hay que perder de vista que los afanes de control político y económico de los poderosos en esta región han tenido como objetivo socavar todas las formas de organización comunitaria indígena. Aunque después de la llamada Independencia de México se crearon los municipios trikis de San Andrés Chicahuaxtla, San Juan Copala y San Martin Itunyoso, posteriormente con la revolución mexicana se desconocieron los dos primeros, manteniéndose en la actualidad solamente el municipio de San Martín Itunyoso, quedando las 9 agencias municipales y 35 barrios diseminados en los municipios no indígenas de Tlaxiaco, Putla, Constancia del Rosario y Juxtlahuaca.
Este hecho da constancia de la agresión, desintegración y pulverización política, administrativa y territorial al que se han visto sometidos los trikis, mismo que ha traído como lamentable consecuencia que la gran mayoría de sus barrios y comunidades se hayan visto excluidos de cualquier acto de decisión que repercuta en sus vidas y destinos, socavándose su autonomía y libertad de decisión. De este modo las determinaciones políticas y económicas de la región han quedado en manos de los caciques, las instituciones del gobierno estatal y federal presentes en la zona, los dirigentes partidistas afines al PRI y las organizaciones sociales que, privilegiando sus propios intereses, han dejado de lado los principios comunitarios indígenas.
Pero como nos los han advertido los sabios y eruditos la historia no sólo está hecha por los vencedores. También tiene su contraparte. Y aunque se quiera olvidar, por las venas del pueblo triki corre sangre de dignidad y hay una profunda raíz y larga historia de resistencia, trabajo y organización. Así lo ha demostrado en el pasado en su lucha contra cualquier tipo de cacicazgo. En este sentido conviene recordar el trabajo organizado que desde la década de los setentas empezaron un puñado de líderes trikis coordinados después por Paulino Martínez Delia quién cayera asesinado el día 23 de marzo de 1990. Y aunque sus asesinos intelectuales y materiales fueron plenamente identificados, sólo se encarcelaron a algunos autores materiales, permaneciendo los primeros en la más absurda y total impunidad hasta el día hoy.
Basados en sus más antiguas tradiciones, a principios del año 2007 decidieron dar el paso histórico de crear el municipio autónomo de San Juan Copala como el mejor camino para recuperar su autonomía y buscar la reconstitución integral de las comunidades y barrios de la parte baja del pueblo triki. Así, fundados en sus propias normas y costumbres ancestrales, recrearon un sistema de autogobierno indígena que tuviese la capacidad de sentar las bases para lograr la paz en la región y construir un proceso de crecimiento y desarrollo de conformidad con su cultura e identidad.
Indudablemente esta iniciativa ha sido un parteaguas en la historia de esta región. Por un lado, los trikis han dejado en claro que ya no están dispuestos a aceptar cualquier tipo de estructura política, jurídica y económica que les sea ajena y que sea producto de la imposición. Y por el otro, se han asumido como los sujetos colectivos de sus propias decisiones, quitarse cualquier tipo de atadura y ser los dueños de su propia historia y destino.
Por la magnitud y alcance de esta decisión, las respuestas de quienes históricamente han controlado y explotado esta región no se hicieron esperar. Estas reacciones han ido desde la descalificación, el chantaje, la persecución y hasta el uso de la violencia en todas sus formas, como el que hemos presenciado recientemente. Se ha persistido en la lógica de la agresión y no se ha entendido que los sueños de libertad de un pueblo nada, ni nadie los podrá destruir.
Por eso, además de atender urgentemente la exigencia de que haya justicia en la región para sancionar a los autores intelectuales y materiales de todos los crímenes cometidos ayer y hoy, la solución pasa necesariamente por el reconocimiento y respeto, en la ley y los hechos, del proceso de autonomía triki, tanto en el nivel de los barrios y comunidades, así como en el ámbito municipal y muy especialmente en el contexto de toda la región, que incluya tanto la parte baja como la parte alta del pueblo triki en un proceso pleno de reconstitución indígena. Necesitamos en este contexto una mirada que atienda el proceso histórico del pueblo triki, así como la vertiente regional y resolución integral del problema.
Estamos conscientes, sin embargo, que ante este delicado problema no existe la voluntad política del gobierno y de algunos actores en el conflicto para darle una solución de fondo. Impera lamentablemente la lógica de la administración del conflicto aún cuando esto implique dolor y muerte para un pueblo. Por eso en Oaxaca, particularmente en estos tiempos, se hace necesario seguir trabajando para crear las condiciones que den lugar a nuevas estructuras jurídicas, políticas y económicas, que posibiliten el reconocimiento de los procesos de autonomía de los pueblos indígenas, en los términos y condiciones que estos mismos decidan, sin injerencia ni imposiciones de ningún tipo. Este sería el punto de partida para empezar a colocar los cimientos de paz, autonomía y desarrollo en la región triki.
Caravana humanitaria “Bety Cariño y Jyri Jaakkola”: 8 de junio
Autoridades del Municipio Autónomo de San Juan Copala
Rebelión
A los pueblos indígenas de México y del mundo
A los comunicadores y medios de comunicación
A la opinión publica nacional internacional
A los organismos de Derechos Humanos nacionales internacionales
Al movimiento social, organizaciones democráticas al pueblo de México y del mundo
A la otra Campaña
A las mujeres y hombres que sueñan en un mejor mañana y un mundo diferente.
Las comunidades, colonias y personas que integran el Municipio Autónomo de San Juan Cópala hemos sufrido durante los meses recientes una escalada de embates violentos en nuestra contra, la gente que esta comprometida con este proyecto ha resistido valientemente y aquellas personas que confian en nuestro destino como pueblo indígena se han arriesgado junto con nosotros para defenderlo a toda costa.
Un claro ejemplo de ello fue la lamentable pérdida de Bety Cariño y Jyri Jaakkola en el ataque armado a la caravana humanitaria del pasado 27 de abril, quienes expusieron sus propias vidas con tal de informar al mundo las condiciones infrahumanas en que viven los pobladores de San Juan Copala, asediados por el acecho militar de un grupo paramilitar que asola día y noche a nuestros compañeros y compañeras.
Porque el mundo necesita conocer estas condiciones y conocer la complicidad de las autoridades del gobierno de Oaxaca con este grupo paramilitar, es que hacemos un llamado nuevamente a la comunidad nacional e internacional, a todos los países del mundo para romper de una buena vez el cerco paramilitar en donde viven mas de 70 familias que se encuentran en condiciones inhumanas y en condiciones de violación permanente a sus derechos, al ejercicio de su propias formas de organización social, política y cultural y al pleno ejercicio de su vida y convivencia comunitaria.
Porque el silencio no puede ser impuesto por el ruido de las armas: Convocamos a La caravana humanitaria “Bety Cariño y Jyri Jaakkola” que se realizara el día 8 de junio de 2010 rectificando a tod@s que no será el día 30 de mayo como fue publicado en algunos medios de comunicación, debido a que se necesita buscar y asegurar el acopio de alimentos y víveres suficiente para estas familias por varias semanas mas y sobre todo para conseguir las condiciones de seguridad indispensables para su realización y no poner en riesgo a ninguna de las personas que decidan acompañarnos.
Las condiciones humanitarias son extremas por lo que la gente no aguanta mas, sin agua, luz, ni alimentos, las familias necesitan de nuestro apoyo y solidaridad, por lo que pedimos que se coordinen las organizaciones de derechos humanos nacionales e internacionales y se sumen a la convocatoria inicial que pedimos coordinar al Centro de Derechos Humanos “Bartolome Carrasco” de Oaxaca (BARCA), es especial solicitamos la incorporación de la Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos Todos los Derechos para Todos y todas, al Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez y al Centro Nacional de Comunicación Social, para que en conjunto puedan coberturar la caravana y llevar a buen puerto esta misión humanitaria.
Hacemos un llamado también a la Cruz Roja Internacional, a Amnistía Internacional, a Brigadas Internacionales de Paz y a la oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU en México a sumarse en la medida de sus posibilidades a esta caravana.
A los medios de comunicación nacionales e internacionales, comprometidos con la verdad, para que documenten y verifiquen la realidad de San Juan Copala, para que le cuenten al Mundo como viven los sometidos y explotados de México y Oaxaca, para que vean de primera mano las condiciones inhumanas que Bety Cariño y Jyri Jaakkola qusieron documentar perdiendo la vida en ello.
La integridad y seguridad de todos y todas las que acompañen esta caravana es únicamente del Estado Mexicano en su conjunto, los derechos tutelados en nuestra constitución y en los tratados internacionales no pueden ser limitados por grupos paramilitares o gobiernos corruptos.
La Caravana Humanitaria “Bety Cariño y Jyri Jaakkola” logrará romper el cerco paramilitar y salvarles la vida a más de 70 familias que están sobreviviendo en condiciones inhumanas.
¡Porque los derechos del pueblo Triqui no están bajo el control de ningún grupo paramilitar!
¡Porque la justicia y la paz solo se alcanzan construyendo desde abajo!
¡Todas y todos a San Juan Copala el próximo 8 de junio!
Escrito por Adelfo Regino Montes
Con los lamentables sucesos acaecidos el día 27 de abril, en el paraje Los Pinos, de la Sabana Copala, en que integrantes de la Unión de Bienestar Social para la Región Triqui (UBISORT), emboscaron a la Caravana de Observación por la Paz, misma que llevaba ayuda humanitaria a San Juan Copala, y en donde perdieron la vida los activistas en derechos humanos, la mexicana Beatriz Cariño Trujillo del Centro de Apoyo Comunitario Trabajando Unidos (CACTUS) y el finlandés Jyri Antero Jaakkola, el Estado y sus diversos aliados han vuelto a abrir las venas heridas y reavivado una vez más el ciclo de violencia, como el mecanismo de mayor eficacia para el sometimiento político y económico de esta ensangrentada región indígena de Oaxaca.
Es, sin duda alguna, una señal contundente que han decidido enviar a propios y extraños que, por diversas razones, quieran apoyar y acompañar el proceso de lucha que, de manera cotidiana, libran los pueblos indígenas y la sociedad en su conjunto para conseguir la autonomía, la democracia, la justicia y la paz en la Entidad. Con la espada desenvainada, piensan que, no quedando otro recurso más, es hora recurrir a la violencia en todas sus formas para lograr dos objetivos fundamentales: por un lado, detener el proceso de autonomía en el que se encuentran los barrios y las comunidades trikis; y por el otro, generar un escenario de terror y miedo para intentar detener el cambio democrático que exigimos y necesitamos los oaxaqueños.
Esta agresión no es nada nuevo para los trikis. En su milenaria historia, particularmente en los tiempos de la colonización española y después de la creación del Estado mexicano, este pueblo ha sufrido un largo proceso de sometimiento político, desintegración territorial, explotación económica, discriminación racial y exclusión en todos los órdenes de la vida cotidiana, y es desde luego, una de las razones torales que subyacen en todo el ambiente dramático que vive la región.
En este contexto, no hay que perder de vista que los afanes de control político y económico de los poderosos en esta región han tenido como objetivo socavar todas las formas de organización comunitaria indígena. Aunque después de la llamada Independencia de México se crearon los municipios trikis de San Andrés Chicahuaxtla, San Juan Copala y San Martin Itunyoso, posteriormente con la revolución mexicana se desconocieron los dos primeros, manteniéndose en la actualidad solamente el municipio de San Martín Itunyoso, quedando las 9 agencias municipales y 35 barrios diseminados en los municipios no indígenas de Tlaxiaco, Putla, Constancia del Rosario y Juxtlahuaca.
Este hecho da constancia de la agresión, desintegración y pulverización política, administrativa y territorial al que se han visto sometidos los trikis, mismo que ha traído como lamentable consecuencia que la gran mayoría de sus barrios y comunidades se hayan visto excluidos de cualquier acto de decisión que repercuta en sus vidas y destinos, socavándose su autonomía y libertad de decisión. De este modo las determinaciones políticas y económicas de la región han quedado en manos de los caciques, las instituciones del gobierno estatal y federal presentes en la zona, los dirigentes partidistas afines al PRI y las organizaciones sociales que, privilegiando sus propios intereses, han dejado de lado los principios comunitarios indígenas.
Pero como nos los han advertido los sabios y eruditos la historia no sólo está hecha por los vencedores. También tiene su contraparte. Y aunque se quiera olvidar, por las venas del pueblo triki corre sangre de dignidad y hay una profunda raíz y larga historia de resistencia, trabajo y organización. Así lo ha demostrado en el pasado en su lucha contra cualquier tipo de cacicazgo. En este sentido conviene recordar el trabajo organizado que desde la década de los setentas empezaron un puñado de líderes trikis coordinados después por Paulino Martínez Delia quién cayera asesinado el día 23 de marzo de 1990. Y aunque sus asesinos intelectuales y materiales fueron plenamente identificados, sólo se encarcelaron a algunos autores materiales, permaneciendo los primeros en la más absurda y total impunidad hasta el día hoy.
Basados en sus más antiguas tradiciones, a principios del año 2007 decidieron dar el paso histórico de crear el municipio autónomo de San Juan Copala como el mejor camino para recuperar su autonomía y buscar la reconstitución integral de las comunidades y barrios de la parte baja del pueblo triki. Así, fundados en sus propias normas y costumbres ancestrales, recrearon un sistema de autogobierno indígena que tuviese la capacidad de sentar las bases para lograr la paz en la región y construir un proceso de crecimiento y desarrollo de conformidad con su cultura e identidad.
Indudablemente esta iniciativa ha sido un parteaguas en la historia de esta región. Por un lado, los trikis han dejado en claro que ya no están dispuestos a aceptar cualquier tipo de estructura política, jurídica y económica que les sea ajena y que sea producto de la imposición. Y por el otro, se han asumido como los sujetos colectivos de sus propias decisiones, quitarse cualquier tipo de atadura y ser los dueños de su propia historia y destino.
Por la magnitud y alcance de esta decisión, las respuestas de quienes históricamente han controlado y explotado esta región no se hicieron esperar. Estas reacciones han ido desde la descalificación, el chantaje, la persecución y hasta el uso de la violencia en todas sus formas, como el que hemos presenciado recientemente. Se ha persistido en la lógica de la agresión y no se ha entendido que los sueños de libertad de un pueblo nada, ni nadie los podrá destruir.
Por eso, además de atender urgentemente la exigencia de que haya justicia en la región para sancionar a los autores intelectuales y materiales de todos los crímenes cometidos ayer y hoy, la solución pasa necesariamente por el reconocimiento y respeto, en la ley y los hechos, del proceso de autonomía triki, tanto en el nivel de los barrios y comunidades, así como en el ámbito municipal y muy especialmente en el contexto de toda la región, que incluya tanto la parte baja como la parte alta del pueblo triki en un proceso pleno de reconstitución indígena. Necesitamos en este contexto una mirada que atienda el proceso histórico del pueblo triki, así como la vertiente regional y resolución integral del problema.
Estamos conscientes, sin embargo, que ante este delicado problema no existe la voluntad política del gobierno y de algunos actores en el conflicto para darle una solución de fondo. Impera lamentablemente la lógica de la administración del conflicto aún cuando esto implique dolor y muerte para un pueblo. Por eso en Oaxaca, particularmente en estos tiempos, se hace necesario seguir trabajando para crear las condiciones que den lugar a nuevas estructuras jurídicas, políticas y económicas, que posibiliten el reconocimiento de los procesos de autonomía de los pueblos indígenas, en los términos y condiciones que estos mismos decidan, sin injerencia ni imposiciones de ningún tipo. Este sería el punto de partida para empezar a colocar los cimientos de paz, autonomía y desarrollo en la región triki.
Caravana humanitaria “Bety Cariño y Jyri Jaakkola”: 8 de junio
Autoridades del Municipio Autónomo de San Juan Copala
Rebelión
A los pueblos indígenas de México y del mundo
A los comunicadores y medios de comunicación
A la opinión publica nacional internacional
A los organismos de Derechos Humanos nacionales internacionales
Al movimiento social, organizaciones democráticas al pueblo de México y del mundo
A la otra Campaña
A las mujeres y hombres que sueñan en un mejor mañana y un mundo diferente.
Las comunidades, colonias y personas que integran el Municipio Autónomo de San Juan Cópala hemos sufrido durante los meses recientes una escalada de embates violentos en nuestra contra, la gente que esta comprometida con este proyecto ha resistido valientemente y aquellas personas que confian en nuestro destino como pueblo indígena se han arriesgado junto con nosotros para defenderlo a toda costa.
Un claro ejemplo de ello fue la lamentable pérdida de Bety Cariño y Jyri Jaakkola en el ataque armado a la caravana humanitaria del pasado 27 de abril, quienes expusieron sus propias vidas con tal de informar al mundo las condiciones infrahumanas en que viven los pobladores de San Juan Copala, asediados por el acecho militar de un grupo paramilitar que asola día y noche a nuestros compañeros y compañeras.
Porque el mundo necesita conocer estas condiciones y conocer la complicidad de las autoridades del gobierno de Oaxaca con este grupo paramilitar, es que hacemos un llamado nuevamente a la comunidad nacional e internacional, a todos los países del mundo para romper de una buena vez el cerco paramilitar en donde viven mas de 70 familias que se encuentran en condiciones inhumanas y en condiciones de violación permanente a sus derechos, al ejercicio de su propias formas de organización social, política y cultural y al pleno ejercicio de su vida y convivencia comunitaria.
Porque el silencio no puede ser impuesto por el ruido de las armas: Convocamos a La caravana humanitaria “Bety Cariño y Jyri Jaakkola” que se realizara el día 8 de junio de 2010 rectificando a tod@s que no será el día 30 de mayo como fue publicado en algunos medios de comunicación, debido a que se necesita buscar y asegurar el acopio de alimentos y víveres suficiente para estas familias por varias semanas mas y sobre todo para conseguir las condiciones de seguridad indispensables para su realización y no poner en riesgo a ninguna de las personas que decidan acompañarnos.
Las condiciones humanitarias son extremas por lo que la gente no aguanta mas, sin agua, luz, ni alimentos, las familias necesitan de nuestro apoyo y solidaridad, por lo que pedimos que se coordinen las organizaciones de derechos humanos nacionales e internacionales y se sumen a la convocatoria inicial que pedimos coordinar al Centro de Derechos Humanos “Bartolome Carrasco” de Oaxaca (BARCA), es especial solicitamos la incorporación de la Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos Todos los Derechos para Todos y todas, al Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez y al Centro Nacional de Comunicación Social, para que en conjunto puedan coberturar la caravana y llevar a buen puerto esta misión humanitaria.
Hacemos un llamado también a la Cruz Roja Internacional, a Amnistía Internacional, a Brigadas Internacionales de Paz y a la oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU en México a sumarse en la medida de sus posibilidades a esta caravana.
A los medios de comunicación nacionales e internacionales, comprometidos con la verdad, para que documenten y verifiquen la realidad de San Juan Copala, para que le cuenten al Mundo como viven los sometidos y explotados de México y Oaxaca, para que vean de primera mano las condiciones inhumanas que Bety Cariño y Jyri Jaakkola qusieron documentar perdiendo la vida en ello.
La integridad y seguridad de todos y todas las que acompañen esta caravana es únicamente del Estado Mexicano en su conjunto, los derechos tutelados en nuestra constitución y en los tratados internacionales no pueden ser limitados por grupos paramilitares o gobiernos corruptos.
La Caravana Humanitaria “Bety Cariño y Jyri Jaakkola” logrará romper el cerco paramilitar y salvarles la vida a más de 70 familias que están sobreviviendo en condiciones inhumanas.
¡Porque los derechos del pueblo Triqui no están bajo el control de ningún grupo paramilitar!
¡Porque la justicia y la paz solo se alcanzan construyendo desde abajo!
¡Todas y todos a San Juan Copala el próximo 8 de junio!