EL SATRAPA MAPACHE
25 may 2010
Ulises Ruiz, el enemigo de todos.
José Gil Olmos
(Fragmento)
Diversos actores políticos y sociales vaticinan para Oaxaca un proceso electoral que, en el mejor de los casos, será complicado. La saliente administración de Ulises Ruiz, teñida de violencia y sangre, mantiene crispada a la entidad... y no son pocas las voces que le achacan al mandatario priista las peores intenciones para el 4 de julio próximo.
La estrategia del fraude
Conocedor de las artimañas del priismo oaxaqueño y, sobre todo, de Ulises Ruiz, el doctor Juan Díaz Pimentel asegura en entrevista que ya se prepara el fraude.
“¿Cómo va a hacer el fraude? Primero, ya mandaron imprimir las boletas en un proceso oscuro, que no fue licitado. En la última sesión que tuvo el Instituto Estatal Electoral de Oaxaca, el representante de Convergencia pidió información de cómo se había firmado el contrato y cuál era la empresa, a lo que no obtuvo respuesta. Pero ninguno de los consejeros apoyó la propuesta, lo que parece sospechoso.”
También, agrega, hay un acuerdo en el Instituto Electoral, que aún no se aprueba, para que se disponga de boletas adicionales en cada casilla.
“Se habla de 28 boletas adicionales, y son más de 4 mil 700 casillas; es decir, arriba de 130 mil votos podrían, de manera ilegal, meterse a las urnas. La oposición tiene representantes, y no creo que logren el acuerdo al ciento por ciento, pero está esa posibilidad.”
En la página electrónica del Instituto Estatal Electoral no aparece dicho acuerdo, pero el exdirigente estatal del PRI señala: “La versión que me llegó es que, mediante una suma millonaria, se van a imprimir boletas de más, y con eso Ulises va a rellenar las urnas, si es que hay un resultado apretado, de dos o tres puntos”.
El doctor Díaz Pimentel, sobre quien hubo una orden de aprehensión –finalmente cancelada porque no se encontraron pruebas de un desvío de recursos–, insiste en que se debe saber cuál es la empresa en la que se mandarán a hacer las boletas electorales, y propone que la impresión se haga en los Talleres Gráficos de la Nación, a fin de alejar sospechas.
“Si a pesar de que no hay un argumento sólido para que se insista en saber qué empresa fue elegida para la impresión de las boletas –en un proceso amañado, porque no fue licitado como la ley lo indica–, la única salida para evitar el fraude es decirle al pueblo que vote, porque cuando la gente sale a votar, no hay fraude que la detenga.
“Sostengo que si sale a votar 50% del electorado, el PRI va a ser arrasado, porque ha ganado en las dos últimas elecciones con un abstencionismo de 75%.”
Experimentado en los procesos electorales de Oaxaca, pues participó en el Comité Directivo Estatal priista desde los gobiernos de Heladio Ramírez y José Murat, observa que el posible fraude podría fraguarse en las zonas rurales del Mixe bajo, la Mixteca y la Costa, “donde embarazan las urnas con votos ilegales”.
Pero no en las ciudades, donde, calcula, el PRI tiene amplias posibilidades de perder, como en la capital, Oaxaca, además de Xoxocotla, San Pedro Mixtepec, Santa Lucía, Huajuapan de León, Salina Cruz, Pochutla y Juchitán.
Sin embargo, advierte que de no darse una elección transparente y legal se estará construyendo una nueva confrontación en Oaxaca, con graves consecuencias.
“Yo no hablo mal del PRI, sólo del PRI que representa Ulises Ruiz, porque únicamente ha traído dolor y frustración a Oaxaca. Yo no podría estar en un partido donde ha privado el asesinato. Es muy raro que muchos que disienten del gobierno se mueren.”
Otro actor que también percibe señales de violencia electoral es la agrupación civil Servicios para una Educación Alternativa (Educa), que el mes pasado difundió un análisis en el que asienta que la herida del conflicto oaxaqueño de 2006 aún no se cierra.
Dice Educa: “En las últimas semanas hemos observado un aumento de la criminalidad en Oaxaca que va configurando un escenario de alto riesgo frente a este proceso. Muchos de estos hechos de sangre y fuego coincidieron extrañamente con algunos eventos políticos de las precampañas.
“Hemos atestiguado, en los meses de febrero y marzo, al menos tres tipos de violencia: del crimen organizado y del narcotráfico (Tuxtepec, Valle de Etla); política (Huaxpaltepec, Región Triqui), y casos de aplicación de justicia por propia mano (Salina Cruz, Oaxaca). Esta peligrosa combinación de violencia del crimen organizado, inestabilidad política y hartazgo social puede jugar a favor del PRI, que es al que le conviene sembrar terror en el electorado para inmovilizarlo y alejarlo de las urnas.”
Según dicha agrupación, hay tres escenarios de los resultados electorales. El primero es el triunfo de la alianza opositora Unidos por la Paz y el Progreso, para lo cual se requiere de la participación de 60% de la lista nominal y que la coalición promueva a sus candidatos con arraigo en municipios y regiones del estado.
El segundo es el triunfo del candidato del PRI-PVEM, para lo cual es necesario que la participación esté por debajo de 50% y que las candidatas del Partido Nueva Alianza (Panal), Irma Piñeiro, y del Partido Unión Popular (PUP), María de los Ángeles Abad, obtengan 3% de la votación.
Y, finalmente, que se presente un conflicto poselectoral derivado de que el PRI gane con un mínimo porcentaje y los sectores de la oposición prueben que se cometió un fraude.
“Este escenario nos colocaría frente a una grave crisis de gobernabilidad. Marcaría también el inicio de un nuevo ciclo de alzamiento ciudadano en defensa del voto”, manifiesta Educa.
Elección bajo vigilancia
“En estos cinco años de gobierno de Ulises Ruiz se ha mostrado que no se ha consolidado la vida democrática en Oaxaca; al contrario, ha habido una regresión autoritaria”, sentenció Cué en entrevista.
“Los regímenes autoritarios –añadió– siempre apostarán a mantenerse en el poder a costa de lo que sea, más cuando se tiene la claridad de que hay descontento popular. Sabemos que en regímenes autoritarios, como el que se vive en Oaxaca, siempre está la tentación o es parte de su esencia: tratar de arrebatar o ganar a costa de lo que sea, y no por las vías democráticas.”
Cué indica que para Ulises Ruiz es vital el triunfo, y que por eso se están formando redes de funcionarios públicos a quienes se encomienda que lleven a votar de 10 a 20 personas, mientras que en algunas regiones, continúa, ya se están repartiendo recursos públicos en despensas, láminas y fertilizantes.
Frente a esto, asegura que su equipo ha conformado una amplia estructura para vigilar todas las casillas y que no caerán en ninguna provocación.
“Espero que Ulises Ruiz actúe de manera responsable para no violentar esta posibilidad institucional de darle cauce a Oaxaca”, puntualiza Gabino Cué.
–¿Hay ese temor?
–Sí, por eso los ojos de muchos actores políticos están sobre la elección en Oaxaca; es un tema de agenda nacional, y siempre existe el temor de que se violente la elección.
Subraya la importancia estratégica de ganar la elección en esta entidad: “Oaxaca, electoralmente, representa 480 mil votos para el PRI, y eso es fundamental para ellos. Lo que no sé es si Ulises Ruiz sigue siendo un activo para el PRI en su intento de regresar a Los Pinos; no representa un priismo joven, moderno, como quieren proyectar al partido, pero eso se lo tienen que preguntar a los priistas.
“Nosotros vamos a cuidar las 4 mil 761 casillas, vamos a tener la estructura suficiente, habrá observadores electorales y legisladores para blindar la elección. No vamos a permitir que le roben la esperanza a los oaxaqueños”, concluye Cué, quien por segunda vez consecutiva busca ser gobernador de un estado donde siempre ha dominado el PRI.