EXPLOTACIÓN INFANTIL

5 may 2010

Capitalismo y trabajo infantil
Eduardo Andrade Bone
Agencia Indoamericana de Prensa
México país que forma parte de la OCDE, o vale decir el club de los 30 países más ricos del planeta y en donde han imperado a ultranza la recetas económicas ultra neoliberales con su descalabro de privatizaciones y salvaje libre mercado, ha configurado un panorama en donde el capitalismo ha generado grandes injusticias y desigualdades sociales, con un crecimiento gradual y alarmante de la pobreza en el país.
La oligarquía económica y financiera mexicana y los partidos políticos que los representan, tiene a su haber a un 3% de la población que vive con menos de US$1,14 millones viven con menos de US$2,50 ,40 millones viven con menos de US$4,50. El 40% de la población es pobre y el 18% vive en el desamparo y la más pobreza extrema. En los últimos tres años, la pobreza extrema aumentó de 13,7% a 20%, todo por obra y gracia de los capitalistas locales y las trasnacionales que operan en el país. Ahora las cifras están tomadas de un informe elaborado nada más y nada menos que de las mafias que operan desde el Banco Mundial y que tienen parte de la responsabilidad de la pobreza existente en México.
En este contexto de pobreza creciente que ha generado el capitalismo en México, está la situación dramática que viven más de cinco millones de niños que desde temprana edad, el neoliberalismo a ultranza los ha empujado al mundo del trabajo, sin que puedan disfrutar de una infancia relativamente confortable, en donde los derechos del niño y su propia situación de respeto a los derechos humanos se encuentra gravemente amenazada.
Las últimas cifras entregadas por la Comisión Nacional de Derechos Humanos del país azteca, nos indican que 1,3 millones ni siquiera obtienen una remuneración más allá de la propina que puedan darles. Y 600.000 niños lo hacen como temporeros en las zonas agrícolas.
Lo que está claro es que a la oligarquía economía y financiera local, las trasnacionales y los partidos políticos que representan los intereses de la clase económicamente dominante del país, suelen pasarse por el trasero los diversos acuerdos internacionales en materia de protección a los niños, los que finalmente a temprana edad deben incorporarse al mundo del trabajo, siendo explotados salvajemente.
De acuerdo al informe entregado por la Comisión Nacional de derechos Humanos (CND), este revela “que basta con que tengan seis años para que los pongan a partirse el lomo en la agricultura, con jornadas de ocho a 14 horas y expuestos, sin protección alguna, a pesticidas y condiciones climatológicas extremas”.
La infancia mexicana, agrega la Comisión, "padece constantemente violencia, explotación y abuso" y corre el riesgo de "ver afectado su desarrollo físico, mental y moral". Por ello, reclama de las autoridades mexicanas "una vigilancia más efectiva, además de trabajar en el reconocimiento y respeto del derecho de la infancia mexicana a la alimentación, atención médica, educación y un sano esparcimiento y desarrollo".
A todo esto cabe agregar además la situación de miles de niña y jóvenes mujeres que producto de la pobreza existente en su país, tienen que huir al “paraíso americano”, en busca de mejores condiciones de vida, las cuales en una proporción de seis de cada diez sufren violencia sexual y los traficantes las obligan a menudo a administrarse una inyección anticonceptiva antes del viaje para evitar que se queden embarazadas aunque sean violadas.
De allí que no es raro que en el país azteca crezca de forma alarmante la delincuencia, la criminalidad los carteles del narcotráfico y la corrupción en los diversos estratos de la sociedad mexicana, y en especial en una buena parte de los llamados servidores públicos, vale decir los políticos que cohabitan en el parlamento para proteger los intereses económicos del 10% más rico del país. Ahora todo esto es producto del accionar de los capitalistas locales, las trasnacionales y la casta política corrupta del país, que no están dispuestos a aceptar bajo ningún precio, una mejor redistribución de la riqueza nacional en el país azteca, que permita superar el flagelo de la miseria y las injusticias sociales que padecen la gran mayoría de los mexicanos.
Finalmente llama la atención que todos aquellos que hacen gárgaras con la defensa de los derechos humanos y que además se encuentran sumidos en una campaña feroz contra Cuba, Venezuela, Nicaragua y otros países, no levanten la voz ante la dramática situación de violación sistemática y planificada de los derechos humanos de los niños y jóvenes mexicanos. Situación que además se repite y extiende en todo Centro America, por obra y gracia del sistema capitalista regional y sus políticas ultra neoliberales en materia económica.
El PRI de Acteal, el PRI de Oaxaca, el PRI asesino
Víctor Hernández
Hablar de los asesinatos, torturas, y actos de lesa humanidad del PRI requeriría no de una columna, sino de varios tomos.
Sobresalen las masacres del 68, del 71, la guerra sucia de Echeverría contra la izquierda, los asesinatos de periodistas en el sexenio de Miguel de la Madrid, los asesinatos de cientos de perredistas en el sexenio de Salinas, y las masacres de indígenas y campesinos en el sexenio de Zedillo.
Todo esto con el silencio cómplice, si no es que el aplauso, del PAN.
Quiero recordarle a los lectores, no obstante, el caso de la masacre de Actealocurrido en diciembre de 1997. Un grupo de indígenas chiapanecos se encontraban rezando en una iglesia cuando un grupo de paramilitares priistas los asesinaron usando armas largas y machetes. Mataron a hombres, mujeres, niños y ancianos a sangre fría.
La masacre ocurrió con la participación, o por lo menos el conocimiento, de autoridades municipales y estatales priistas. El caso le costó la chamba a dos secretarios de gobernación de Ernesto Zedillo: Esteban Moctezuma y Emilio Chuayffet.
El PRI a nivel nacional intentó deslindarse de la masacre alegando que “delinquen los individuos y no las instituciones.” Nadie les creyó.
La masacre de Acteal, junto con la de Aguas Blancas, así como la crisis económica y el enorme fraude del FOBAPROA aprobado por el PAN y el PRI, fueron sólo algunas de las muchas razones por las cuales la gente decidió sacar al PRI del poder en 2000. Con quien fuera. Inclusive con el inútil y corrupto Vicente Fox. Lo que urgía era sacar al PRI del poder.
Se creería que el PRI habría aprendido la lección para dejar de ser un partido de asesinos y así ganarse al electorado, pero no fue el caso. Ganó votos por la ineptitud del PAN.
Abril de 2010. Una caravana de la paz con observadores internacionales y activistas locales es emboscada por un grupo paramilitar. Mueren 2 personas. 15 resultan heridas. 7 personas, incluyendo un italiano y dos periodistas, son desaparecidas.
El gobierno priista de Ulises Ruiz se intenta deslindar, pero el diario La República, de Italia, señala que el grupo paramilitar responsable por esta agresión está ligado al PRI.
No. El PRI no aprendió nada. El PRI de Acteal es el PRI de Oaxaca; el PRI asesino. Por eso no debe regresar al poder en 2012.