BOLETIN APPO
17 jul 2007
BOLETIN DE PRENSA DE LA ASAMBLEA POPULAR DE LOS PUEBLOS DE OAXACA, 15 DE JULIO
posteado por xaam en Jul 15, 2007 [15:17]
A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN.
A LOS PUEBLOS DE MEXICO Y DEL MUNDO.
Ante la decisión que nuestro pueblo ha tomado de continuar la lucha hasta lograr sus objetivos, y no negociar con el tirano; Ulises Ruiz ha hecho una alianza plagada de mafia con Felipe Calderón, el PRI y el PAN, que nuevamente cierran filas entorno a la política fascista que estos gobiernos están desarrollando en Oaxaca y el país, convirtiendo a Oaxaca nuevamente en el laboratorio del fascismo.
Según la información con que cuenta la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, el Gabinete de Seguridad Nacional en coordinación con URO,han decidido lanzar nuevamente una ofensiva en contra del pueblo de Oaxaca, pues hay condiciones propicias para ello, en medio del mega-escándalo en que ha entrado el equipo de FECAL a raíz de su involucramiento con el Chino, ante lo cual necesitan tender una cortina de humo ahogando en sangre la lucha del pueblo de Oaxaca, además de utilizar de pretexto la detonación de los artefactos explosivos en los ductos de PEMEX en Querétaro y Guanajuato. Esta ofensiva del estado en contra de nuestro pueblo, se caracteriza por lo siguiente:
1. No permitir el boicot a la Guelaguetza
2. Impedir la realización de la Guelaguetza alternativa
3. Enviar contingentes de priistas para enfrentar a los contingentes de la appo
4. Policías especializados en causar disturbios infiltrados para promover la violencia
5. Intervención masiva de contingentes policíacos para reprimir
6. Represión selectiva con la intervención de fuerzas combinadas
7. Existe lista de ordenes especiales de aprehensión
8. Eliminación física de dirigentes destacados.
Tenemos la información de cómo se esta trabajando a nivel de los medios de comunicación, derramando millones de pesos del erario publico para continuar la campaña contra la APPO, seguir presentándola como violenta; en el terreno nacional se ha presionado a la prensa para ignorar el problema de Oaxaca, o manejar la información sobre ella de manera facciosa, y finalmente tenemos datos de que una buena parte de la prensa nacional enviaría corresponsales de guerra, por la gravedad de la ofensiva que el estado pretende desarrollar en nuestra región.
Ante dicha situación manifestamos:
1. Que es responsabilidad de URO y FECAL, cualquier agresión que sufran cualquiera de los miembros de la APPO.
2. Que a pesar de esta situación mantendremos firme nuestra decisión de continuar con la jornada de lucha, hasta lograr nuestras demandas.
3. Que lanzamos un SOS, a nivel nacional e internacional, a poner nuevamente los ojos en lo que pueda suceder en Oaxaca, y a integrar brigadas de paz, para conformar vayas humanas que sean los mecanismos de seguridad de la APPO. Y a intensificar la solidaridad nacional e internacional.
4. Al gobierno federal, le exigimos la instalación inmediata de la mesa de dialogo para buscar la solución pertinente a la problemática social en el estado.
5. Al pueblo de Oaxaca, le llamamos a que no caigamos en ningún tipo de provocación, que nos lleve a tener bajas en nuestros contingentes. Fortaleciendo todas las acciones del plan de acción que se tiene.
FRATERNALEMENTE.
TODO EL PODER AL PUEBLO.
Editorial (La Jornada)
Oaxaca, conflicto vivo
Los enfrentamientos que tuvieron lugar ayer en la capital oaxaqueña entre elementos de la policía estatal y simpatizantes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) que pretendían ingresar al Auditorio Guelaguetza, en el Cerro del Fortín, son prueba fehaciente de que el conflicto político-social de la entidad está vigente y dista mucho de haber sido "resuelto", como ha afirmado en numerosas ocasiones el gobernador Ulises Ruiz Ortiz y como pretende aparentar, por omisión y con su silencio, el gobierno federal.
Desde hace más de un año, las autoridades estatales y federales apostaron al desgaste de los inconformes, primero, y a la represión violenta, después, para acabar con la inconformidad en Oaxaca. El gobierno de la entidad ensayó incluso tácticas cercanas a la guerra sucia, como el asesinato de más de una decena de militantes y simpatizantes de la APPO. La presidencia foxista hizo otro tanto y llenó las cárceles con presos que bien pueden ser calificados de políticos, y las fuerzas federales enviadas a sofocar el descontento incurrieron en graves violaciones a los derechos humanos de los detenidos. El calderonismo se estrenó enviando a prisiones de máxima seguridad a dirigentes de la organización popular. Tras esas "soluciones" a sangre y fuego las protestas amainaron y los gobernantes dieron por concluido el episodio.
Sin embargo, Oaxaca sigue recorrida por la exasperación, y las medidas represivas no han cesado. Por el contrario, en semanas recientes se ha llegado al extremo de las desapariciones forzosas, práctica que representa una regresión de tres décadas y que introduce un factor que pone la legalidad entre paréntesis y que descompone severamente la relación entre gobernantes y gobernados.
En tanto, las causas del conflicto oaxaqueño siguen intactas: marginación, pobreza, falta de democracia política y sindical, corrupción y cacicazgos. Lejos de afrontar estos problemas, los gobernantes persisten en agraviar a un amplio sector de la sociedad oaxaqueña haciendo como si no hubiera pasado nada, como si la insurrección civil de la APPO no hubiese ocurrido nunca, como si no hubiera homicidios y otros delitos graves pendientes de investigar y sancionar, como si los problemas de fondo hubiesen sido atendidos.
Gobernar significa atender y resolver problemas, no aplastarlos con la fuerza del Estado para aparentar que han desaparecido. Si los gobiernos local y federal continúan actuando de esa manera, ahondarán irreparablemente la ruptura entre el México cupular y el real, en el que proliferan los descontentos políticos, sociales y económicos. Oaxaca es un ejemplo incontestable de esa ruptura: mientras que el discurso oficial habla de una entidad en armonía, paz y prosperidad, los sucesos de ayer refieren, en cambio, una sociedad polarizada y la persistencia de una situación explosiva.
A raíz de la crisis de legitimidad que arrastra de origen, el calderonismo ha refrendado alianzas con personajes que han tenido un papel preponderante en la gestación del conflicto oaxaqueño, como Elba Esther Gordillo, recientemente consagrada como dirigente vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, y el propio Ruiz Ortiz, con quien el Ejecutivo federal parece haber intercambiado respaldos: impunidad para las graves violaciones a los derechos humanos cometidas en la entidad y permanencia del gobernador en el cargo a cambio de reconocimiento político a una Presidencia impugnada.
Por último, la participación del Ejército en el cerco al Auditorio Guelaguetza es por demás preocupante, en la medida en que indica una utilización de las fuerzas armadas ya no sólo en funciones de policía, sino también en tareas propias de cuerpos antimotines, es decir, para reprimir movimientos sociales. Resulta imperativo que el gobierno federal cambie de táctica, deje de criminalizar la protesta política y social, libere a los detenidos de la APPO, aplique sus promesas -hasta ahora cuestionables- de compromiso con la legalidad y empiece por sancionar a los funcionarios públicos que han cometido atropellos contra los opositores oaxaqueños.
