GORILETTI POR LA GRACIA DE EU.

6 ago 2009

Zelaya califica de tibia la posición de EU ante el golpe
Pide a Obama apretar las medidas tomadas contra el gobierno de facto
Con una decisión de cinco minutos se resuelve el problema, señala
Fue recibido como jefe de Estado por la Comisión Permanente
GEORGINA SALDIERNA, ANDREA BECERRIL Y VÍCTOR BALLINAS
Arropado por organizaciones sociales ligadas a la izquierda mexicana, el presidente de Honduras, Manuel Zelaya, llamó a su homólogo estadunidense, Barack Obama, a apretar las medidas tomadas contra los golpistas, si realmente quiere revertir la irrupción militar registrada en su país, luego de calificar de tibias las acciones aprobadas por la Casa Blanca.
Con una decisión de cinco minutos el golpe sería anulado en Honduras, destacó, al revelar que el presidente Felipe Calderón dialogará con Obama sobre este tema en la cumbre de mandatarios de América del Norte que se llevará a cabo el fin de semana en Guadalajara. De esa plática dependerá la fuerza que Estados Unidos tome para poner en marcha decisiones efectivas contra el gobierno de facto, puntualizó.
Más tarde, desde la tribuna de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, Zelaya pidió que México formalice ante organismos internacionales la propuesta de tipificar el golpe de Estado como delito de lesa humanidad, porque viola todos los derechos humanos y constituye un quebranto al voto y al ejercicio de la democracia.
Recibido como jefe de Estado por todas las fuerzas políticas representadas en el Congreso, insistió en que Obama ha actuado tibiamente hasta el momento ante un régimen militar golpista que avergüenza a las naciones del mundo entero, pero debe tener claro que ellos mismos se ponen en riesgo si empieza a surgir la violencia en América Latina, toda vez que si se permite que las derechas sigan dando golpes de Estado, les están abriendo las puertas para que los pueblos se subleven.
En su segundo día de visita en México, el presidente Zelaya se reunió por la mañana con integrantes del recién creado Movimiento de Solidaridad con Honduras y otras agrupaciones, que le manifestaron su respaldo con aplausos y festejando sus señalamientos. Lo que no gustó a los presentes fue la referencia a Calderón Hinojosa, pues en cuanto el visitante manifestó su agradecimiento al michoacano surgieron gritos y consignas: ¡Espurio!, ¡espurio!, se escuchó en el Teatro de la Ciudad.
En contraste, los activistas corearon la conocida frase de ¡No estás solo!, ¡no estás solo!, en el momento en el que el hondureño dijo sentir la hermandad en dicho recinto.
Las frases alusivas al movimiento de resistencia civil del ex candidato presidencial del PRD, Andrés Manuel López Obrador, no sólo se evidenciaron en ese tramo del acto, sino más tarde, cuando de plano surgió la consigna ¡Obrador, Obrador! Ello después de que Zelaya retomó la frase del peruano Víctor Raúl Haya de la Torre, en torno a que en estos países es mejor sentirse presidente que serlo. Y eso se lo digo a Andrés Manuel López Obrador, que me está escuchando en diferentes lugares, puntualizó el hondureño.

En medio de abrazos y apapachos, el presidente constitucional de Honduras salió del teatro cantando Nos tienen miedo porque no tenemos miedo, que momentos antes había interpretado la actriz Jesusa Rodríguez y que se escuchó reiteradamente en el plantón de Reforma y el Zócalo, durante el movimiento poselectoral de 2006.
Previamente, en su discurso de 50 minutos, el mandatario hondureño explicó que aceptó la propuesta de la secretaria de Estado, Hillary Clinton, de tener al presidente de Costa Rica, Óscar Arias, como mediador, porque quería que Estados Unidos tuviera un papel protagónico, en vista de que muchos de los actores fundamentales del golpe surgieron de entre los halcones de Washington y son quienes han sostenido a Roberto Micheletti.
Independientemente de la buena fe de Arias, quien ha sido traicionado por los golpistas, añadió que Estados Unidos ha tratado con mano suave al gobierno de facto. Las medidas que ha tomado no resuelven el problema, razón por la cual consideró que ha llegado el momento de que empiece a apretar.
Si realmente el presidente Barack Obama quiere en forma sincera revertir el golpe, tardaría cinco minutos en hacerlo. Con una sola mano, en un suspiro, lo puede realizar, pues las actividades militares, comerciales, económicas y de migración de Honduras dependen en más de 70 por ciento de Estados Unidos.
Ante representantes de Venezuela y Cuba en México, así como legisladores de PRD y PT, como la senadora Rosario Ibarra de Piedra, Zelaya pidió observar la plática que sostendrán Calderón y Obama el fin de semana y los resultados que tenga para revertir el golpe, que es lo que quieren los pueblos de América Latina. Si se da marcha atrás a la irrupción militar, vamos a aplaudirlo; si no, vamos a señalarlo y denunciarlo.
En el Senado, donde estuvo acompañado por varios integrantes de su gabinete, Zelaya escuchó al presidente de la Comisión Permanente, el panista Gustavo Madero, expresar el compromiso del Poder Legislativo mexicano de pugnar por que se restablezca el orden constitucional y el estado de derecho en Honduras.
Durante más de 20 minutos, Zelaya hilvanó un discurso en el que insistió en el riesgo de que la violencia que se dio en la década de los 80 en América Latina resurja si se permite que a través de la fuerza y las armas se impongan regímenes militares.
Al término de su presentación, trascendió que almorzó con senadores del PRD. Este jueves el mandatario concluye su visita a México y viajará a Nicaragua, para trasladarse el fin de semana a Brasil.

Paramilitares formados por dictadura de Micheletti ya estarían actuando en Honduras
Chevige González Marcó / Radio Mundial
Serían 120 los sujetos organizados y entrenados para conformar grupos de exterminio contra el movimien popular en Honduras. También denuncian que terroristas chilenos estarán asesorando en materia de represión al régimen usurpador.
La presidenta del Comité de Familiares de Detenidos y Desaparecidos de Honduras (COFADDEH), Bertha Olivo, denunció que la dictadura hondureña habría formado un grupo de 120 efectivos paramilitares, cuyo entrenamiento habría sido financiado por los empresarios que apoyan el golpe de estado.
Según las informaciones que posee la resistencia popular hondureña, los grupos de exterminio ya estarían actuando en todo territorio hondureño, y sólo en la ciudad de San Pedro Sula estarían apostados 23 de esos individuos. COFADDEH denuncia que esas bandas paramilitares fueron formadas en haciendas propiedad de empresarios y de militares ligados al golpe de estado.
Bertha Olivo también denunció que hace aproximadamente una semana ingresaron a Honduras, dos terroristas chilenos con el propósito de asesorar al gobierno golpista. Al parecer, uno de estos individuos tendría el grado de general y arribaron a Tegucigalpa, utilizando credenciales de periodistas. También se encuentra en Honduras, desde antes del golpe de estado, el conocido agente desestabilizador venezolano Robert Carmona, a quien la resistencia hondureño lo señala como planificador de la asonada militar contra el presidente Manuel Zelaya. Carmona ya habría participado en el golpe de estado del 11 de abril de 2002 en Venezuela.
De acuerdo con las estrategias que está usando el régimen usurpador, Olivo expresa que en la resistencia contra el golpe no dudan que el régimen ejecute auto-atentados para justificar el incremento de la represión.
Fuerzas golpistas reprimieron a estudiantes hondureños.
ABN
Policías y militares desalojaron violentamente a miles de universitarios que bloqueaban este miércoles una avenida de la capital hondureña para exigir el regreso del presidente legítimo del país, Manuel Zelaya, derrocado el pasado 28 de junio, informó la agencia AFP.

Los estudiantes del Frente de Reforma Universitaria (FRU) ocuparon por la mañana el bulevar Suyapa, ubicado frente a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), quienes pocos minutos después fueron reprimidos por policías antimotines, que lanzaron bombas lacrimógenas y chorros de agua desde una tanqueta. Frente al accionar represivo, los universitarios se refugiaron en la Ciudad Universitaria hasta donde fueron perseguidos y golpeados por la Policía.

La rectora de la UNAH, Julieta Castellano, que intentó intervenir para calmar los ánimos, fue golpeada por los uniformados que la lanzaron al suelo, lo mismo que otros directivos universitarios y el presidente del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras, el abogado Andrés Pavón. “Nosotros salimos con las manos en alto con la rectora, figura emblemática de la Universidad, y nos atacaron a toletazos (garrotazos) y nos tiraron al suelo, ni en la peor época de la represión del sanguinario general Gustavo Alvarez Martínez, en los años 80, se violó la autonomía de la Universidad como ahora”, declaró el presidente de la Junta de Dirección Universitaria, Olvin Rodríguez.

La rectora relató que “no podíamos dejar a los estudiantes indefensos frente al atropello de la autoridad y hemos salido pero fuimos agredidos cobardemente; me tiraron al piso y vamos a demandar a la policía por este irrespeto porque han ingresados al campus”.

Zelaya aquí y ahora
ADOLFO SÁNCHEZ REBOLLEDO

De las declaraciones en México del presidente de Honduras, Manuel Zelaya, destaco dos puntos que están relacionados entre sí.
El primero es la voluntad de seguir utilizando métodos pacíficos. Sin desconocer que la insurrección es un derecho constitucional del pueblo hondureño, Zelaya se pronunció por una insurrección pacífica. El segundo es la disposición a firmar el Plan Arias en Tegucigalpa, sin hacer un juego diplomático en el exterior con el único fin de dilatar el proceso de reconstitución de la democracia en mi país. Hace bien Zelaya en insistir en los métodos pacíficos, vale decir políticos, pues ésa es la única estrategia que puede mantener la solidaridad internacional, desgastar al gobierno de facto y preparar la resistencia civil.
La defensa de la legalidad avasallada por las fuerzas militares y sus socios civiles es la gran bandera de un amplio frente nacional e internacional a favor de la democracia en Honduras, que es, de alguna manera, un frente de autodefensa latinoamericano. Ninguno de los argumentos seudo-jurídicos o pretendidamente constitucionales, aducidos por los golpistas, puede justificar que a un mandatario electo por el voto ciudadano se le expulse violentamente del país, como tampoco convencen las catilinarias de los militares pronunciadas sin rubor en el viejo, pero insepulto lenguaje de la guerra fría, en las que se hacen pasar como los salvadores de la democracia contra el comunismo, es decir, como la vanguardia centroamericana en la lucha contra el fantasma del chavismo, que, según ellos, avanza en sus antiguos feudos de poder (ver el artículo de Arturo Cano de ayer en las páginas de La Jornada).
Zelaya ha dicho que no desea la insurrección armada, aunque admite que la actitud de Micheletti y los militares acredita ese derecho constitucional. Pero no todo está en sus manos. El presidente sabe y la historia lo confirma que la violencia, a veces necesaria y hasta inevitable, no siempre es la vía más corta y deseable para solucionar los problemas en una sociedad como la centroamericana. Sin embargo, si los golpistas no ceden al llamado internacional, burlándose en la cara de los demócratas del mundo y de sus propios ciudadanos, será difícil evitar en el futuro los derramamientos de sangre. Ellos también lo saben y por eso, a su manera, sentados sobre los fusiles, los oligarcas también quieren una solución política, esto es, darle paso a un gobierno de salvación nacional electo en las urnas, pero sin Zelaya. Como bien lo ha dicho Inmanuel Wallerstein en La Jornada, la derecha hondureña hace su juego buscando ganar tiempo, hasta que el periodo de Zelaya termine. Si logran su objetivo, habrán ganado... Zelaya puede ser restaurado en el cargo, pero tal vez sólo tres meses a partir de ahora. Demasiado tarde. Hasta ahora, por desgracia, un examen objetivo de la situación acredita que, pese a todo, han tenido éxito.
La pregunta es por qué no han caído los golpistas. ¿Se equivocó la comunidad internacional al apoyar al presidente Zelaya, como sugieren algunos observadores y analistas de la derecha intelectual que, si no se atreven a brindar por el triunfo de Micheletti, sí se solazan atacando a Zelaya como el único responsable de la crisis? La pregunta de fondo, a querer o no, remite a Estados Unidos, a su postura real ante los hechos. ¿Hay un cambio en la política exterior hacia Latinoamérica o se trata de afeites cosméticos que en nada socavan las relaciones de su-bordinación entre el imperio y sus neocolonias? ¿Miente Obama o es tan débil que nadie le hace caso?
Por un lado, es obvio, como ha dicho el brasileño Moniz Bandeira, que los militares hondureños no habrían dado el golpe sin el apoyo de algunos sectores en Estados Unidos que se oponen a la política exterior del presidente Barack Obama, y quiere crear dificultades sobre todo con respecto a Venezuela, Cuba y América Latina, afirmación que en lo esencial coincide con la de Wallerstein cuando sostiene que el gobierno de Obama no quería este golpe de Estado. Ha sido un intento por forzarle la mano, alentado por figuras clave del Partido Republicano, congresistas y funcionarios de inteligencia comprometidos con las corrientes neoconservadoras más agresivas. Los adversarios a vencer, en consecuencia, no son solamente los oligarcas y golpistas hondureños, sino sus padrinos en Estados Unidos, quienes tratan de aprovechar la correlación de fuerzas, las inercias de la política exterior, el hecho de que Honduras (y en parte Latinoamérica) esté en el escalón más bajo de las prioridades de la Casa Blanca para pasarle la factura a Obama.
Durante la próxima cumbre del norte, México debe sostener con firmeza su rechazo a toda componenda que no sea la inmediata restitución del presidente Zelaya. Quizá Obama apure el paso, defienda la legalidad y sus propias opciones. Veremos.