EL FUTURO QUE NOS ESPERA

21 dic 2009

Viven en pobreza 43% de adultos mayores, informa el Coneval
Revela en una medición que ocho de cada 10 ancianos son vulnerables a caer en la miseria
Gran parte de ese sector padece maltrato de sus familiares y un alto porcentaje carece de pensión
ANGÉLICA ENCISO L. Periódico La Jornada

Actualmente en el país ocho de cada 10 adultos mayores tienen alguna carencia social, que los hace vulnerables a caer en la pobreza, y cuatro de cada 10 ya viven en esa condición. Gran parte de este sector de la población enfrenta maltrato de sus familiares, cuatro de cada cinco carecen de pensión que les permita vivir con tranquilidad la vejez y apenas 15 por ciento cuentan con seguridad social.
De acuerdo con la medición multidimensional de la pobreza, que dio a conocer el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) en torno a unos 7 millones de personas de 65 años y más, tan sólo 18.7 por ciento, es decir, 1.2 millones de personas de este grupo de edad cuentan con ingresos suficientes y viven sin carencia alguna.
El informe indica que 3.11 millones de personas (43 por ciento) viven en pobreza de moderada a extrema de acuerdo con datos hasta 2008; el 34 por ciento de esta población tenía al menos dos carencias sociales, las cuales podían ser de educación, servicios de salud, seguridad social, calidad y espacios de vivienda, acceso a los servicios básicos en la vivienda y a la alimentación.
En tanto, alrededor de 300 mil personas (4.2 por ciento) fueron catalogadas como vulnerables por ingreso, es decir, están a punto de llegar a la pobreza por no contar con recursos económicos suficientes para cubrir sus necesidades.
El documento detalla que en pobreza multidimensional moderada vive 30.5 por ciento, es decir 2.27 millones de adultos mayores, con un promedio de 2.3 carencias, mientras que en pobreza multidimensional extrema hay 840 mil personas, es decir, 12 por ciento de la población.
En México el apoyo a los ancianos es insuficiente frente a los múltiples retos que conlleva su atención y los requerimientos específicos en esta etapa de la vida, que colocan a muchos miembros de este grupo de edad en situación de vulnerabilidad ante enfermedades crónico degenerativas y mentales, discapacidades, rechazo y abandono. En los hogares son relegados, sufren maltrato físico y emocional, despojo de sus bienes; enfrentan falta de trabajo o sólo oferta en actividades de baja calidad y bajos salarios, falta de pensiones y de seguridad social, considera el Observatorio de Política Social y Derechos Humanos.
Para las personas de 60 años o más las tasas de ocupación y condiciones del empleo revelan lo difícil que es su entorno laboral. Si bien cifras al tercer trimestre de 2009 indican que las personas en condiciones críticas de ocupación –a las que se les ofrecen pocas horas de trabajo– eran 12 de cada 100 personas, en el caso de adultos mayores son 20 de cada 100. La crisis económica incrementó esta situación en 20 por ciento para la población menor de 60 años, y para los mayores de esa edad en 60 por ciento, indica el observatorio.
Mientras 28 de cada 100 personas ocupadas se desempeña en trabajos informales, la proporción se eleva cuando se trata de adultos mayores, al llegar la cifra a 36 de cada 100. Ningún otro grupo de edad tiene una tasa más alta, se precisa en el análisis.
Las personas adultas mayores en México que desean o necesitan seguir trabajando enfrentan más obstáculos de acceso a empleos de calidad respecto al resto de la población. La crisis económica ha llevado a las personas de 60 años o más a ubicarse en empleos de jornadas incompletas o en trabajos que superan las 48 horas semanales, pero con una remuneración que no supera los dos salarios mínimos. Cualquier adulto mayor inserto en el mercado de trabajo es más proclive a desempeñarse en empleos precarios, agrega.
De acuerdo con estimaciones del Consejo Nacional de Población (Conapo), de los 9.1 millones de personas adultas de más de 60 años, 80 por ciento realizan alguna actividad informal y 20 por ciento lo hace en un trabajo formal.
Entre la población ocupada de adultos mayores sólo 15 por ciento tiene acceso a seguridad social, apenas 24 por ciento de quienes actualmente se encuentran desocupados tiene acceso a una pensión o jubilación.
Refiere que la vejez se asocia a un acelerado proceso de deterioro biológico y a una gradual disminución de la participación de las personas en el mercado laboral, lo que incrementa su dependencia hacia la familia o la comunidad.
El observatorio indica que en décadas recientes la cantidad de personas de 60 años y más ha experimentado un aumento considerable. En el país su proporción con respecto al total de la población ha pasado de representar 5.5 por ciento en 1975 a 7.4 por ciento para el año 2000, y 8.4 por ciento para 2009, es decir, 8.2 millones de personas, aproximadamente.

Sólo el alza a la tortilla pulveriza el incremento al salario mínimo
Hasta 2.50 pesos ha repuntado el precio de ese alimento en algunas entidades
SUSANA GONZÁLEZ G. Periódico La Jornada

Mientras el salario mínimo aumentará 2.65 pesos diarios a partir de 2010, este año el precio de la tortilla subió 73 por ciento en ciudades que son monitoreadas por la Secretaría de Economía (SE), en un rango que va de unos cuantos centavos a 2.50 pesos por kilo, aun cuando el titular de la dependencia, Gerardo Ruiz Mateos, ha insistido en que el precio del maíz no sólo se mantienen estable, sino a la baja.
Mediante el Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados (SNIIM) y la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), la SE lleva un registro permanente sobre cómo se comercializa dicho alimento en 52 ciudades o regiones pertenecientes a 31 estados del país y el Distrito Federal.
Sin embargo, una comparación de los precios registrados en tortillerías entre el 15 de diciembre de 2008 y el 14 de diciembre de 2009 arroja como resultado que en 38 urbes hubo alzas. Hasta octubre pasado se podían comprar 6.3 kilos con el salario mínimo, casi la tercera parte de los 17.5 o hasta 20 kilos, según la región, que se podían adquirir con el minisalario fijado en 1994, lo cual evidencia el sustantivo deterioro del poder de compra y de consumo efectivo de la población mexicana durante los últimos 15 años, indica a su vez el Tortillímetro, análisis que elaboran la UNAM y la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) como parte del Monitor de la Manufactura Mexicana.
El Tortillímetro complementa la evaluación que realizan ambas instituciones sobre la pérdida del poder adquisitivo del salario mínimo real, el cual, aseveran, no se ha recuperado y equivale a 27.38 por ciento de lo que representó en 1980, además de que entre enero y septiembre de 2009 acumuló una tendencia a la baja de 0.6 por ciento, lo que también contribuye a limitar la demanda interna.
Para 2010, con el aumento al salario mínimo de 54.80 para Baja California Norte, sólo se podrán comprar 4.2 kilos en Mexicali, mientras en Oaxaca, donde el minisalario será de 51.95 pesos diarios, se podrán adquirir 6.1 kilos.
No obstante, el secretario de Economía ha insistido en días recientes que el maíz, materia prima del principal alimento de los mexicanos, mantiene un comportamiento muy estable a nivel internacional, por lo cual descartó que 2010 sea un año de alertas o focos rojos por alzas de precios.
En todo caso, las estadísticas del SNIIM indican que a escala nacional el abaratamiento del maíz es de ocho centavos, pues en diciembre del año pasado el kilo del grano se comercializó en 4.02 pesos y para este mes bajó a 3.90.
El mayor aumento corresponde a Matamoros, donde el kilo se elevó 2.50 pesos en un año, al pasar de 9.83 a 12.33 pesos. Enseguida se ubican La Paz y Cancún, donde se vende en 12 pesos; en diciembre del año pasado se comercializaba en 10, alza de 20 por ciento.
En otras 16 ciudades, que representan la tercera parte de los lugares monitoreados, el incremento ha sido de más de un peso: Tijuana, Campeche, Piedras Negras, Tapachula, Chihuahua, Monterrey y su zona metropolitana; Chetumal, San Luis Potosí, Culiacán, Ciudad Obregón, Nogales, Villahermosa, Ciudad Victoria, Nuevo Laredo y Zacatecas.
En otras ocho ciudades el aumento fue mayor a 50 centavos, pero menor a un peso: Saltillo, Ciudad Juárez, Irapuato, Cuernavaca, Tepic, Hermosillo Veracruz y Mérida. En 11 metrópolis no rebasó 49 centavos, y el menor aumento corresponde a la ciudad de México y su zona metropolitana.
En contraste, en 10 ciudades la tortilla se vende al mismo precio que el año pasado y en otras cuatro regiones se abarató: 14 centavos en Morelia; 25 en la zona metropolitana de Guadalajara; 60 en la zona metropolitana de Puebla, y 75 en Reynosa.
El monitoreo oficial incluye tiendas de autoservicio, donde el kilogramo se comercializa entre 5.40 y 7.77 pesos, más barata porque se elabora con harina de maíz, lo cual le nutrientes, según han denunciado organizaciones de molineros y tortilleros.
Madre de detenido acusa al Ejército de sembrar pruebas
RUBICELA CRUZ MORELOS
Periódico La Jornada

Cuernavaca, Mor., 20 de diciembre. Pasadas las 20 horas del sábado, un individuo trepó a la azotea de la vivienda ubicada en calle San Francisco número 14, colonia Amatitlán de esta capital, llegó hasta la entrada y pidió a la madre del policía auxiliar Emilio Guzmán Montejo que lo dejara pasar; ella no lo permitió y dio aviso a su hijo, quien llegó minutos después, pero fue detenido por militares mientras el extraño escapaba.
Rosario Montejo López, madre del indiciado, afirmó que tras impedirle la entrada, el merodeador volvió al techo y quiso brincar a otras casas, pero cayó y se lastimó la pierna derecha, aunque pudo incorporarse y huir cojeando. Luego, intempestivamente, descendieron varios militares por la escalera trasera de la vivienda, la señora les dijo que persiguieran al desconocido pero ellos detuvieron al policía auxiliar, y ocho horas después lo presentaron ante los medios de comunicación.
Pide a CDHM intervenir
A Guzmán Montejo se le acusa de ser un pistolero del recién finado narcotraficante Arturo Beltrán Leyva, y según el reporte oficial estaba en posesión de 41 armas largas y cuatro cortas de diferentes calibres, 6 mil 722 cartuchos útiles, 233 cargadores, siete silenciadores, dos miras telescópicas, cinco vehículos de lujo y uno blindado de doble cabina; 18 radios portátiles, un posicionador satelital, 800 kilos de cocaína y 100 de mariguana.
Sin embargo, la madre del detenido negó públicamente que su hijo esté involucrado con los cárteles criminales, refirió que lleva seis años de servicio como policía auxiliar, y acusó a los elementos de la 24 Zona Militar de sembrarle las armas y la droga y confundirlo con el extraño de la azotea, por lo cual solicitó la intervención de la Comisión de Derechos Humanos de Morelos (CDHM).
A su vez, la Secretaría de Seguridad Pública de la entidad no ha desmentido que Guzmán Montejo pertenezca a la corporación; y las autoridades militares informaron que tras detenerlo en una vivienda de la colonia Jacarandas, en Cuernavaca, se le trasladó a la delegación de la Procuraduría General de la República (PGR), donde estuvo algunas horas para después ser canalizado a la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO).
Marinos impidieron la participación de militares en el operativo de Cuernavaca
RUBICELA MORELOS CRUZ
Periódico La Jornada

Cuernavaca, Mor., 20 de diciembre. El pasado miércoles 16, cuando se realizaba el operativo en que murieron Arturo Beltrán Leyva y seis de sus sicarios, elementos de la 24 Zona Militar, que comanda el general Leopoldo Díaz Pérez, intentaron participar, pero los infantes de la Secretaría de Marina se lo prohibieron.
Testigos recordaron que pasaban las 17 horas cuando inició la acción, y antes de la balacera –alrededor de las ocho de la noche– los soldados y el propio general Díaz Pérez quisieron entrar dos veces al conjunto residencial Altitude, pero los marinos lo impidieron, los hicieron volver al cuartel y sólo hasta concluido el asalto les permitieron instalar sus retenes en calles aledañas.
“El general mismo quiso hablar con el responsable del operativo y ponerse a su disposición, pero se interpusieron los infantes y también debió retirarse de inmediato”, según los testimonios recabados.
De hecho, la madrugada del 11 de diciembre también fue notoria la ausencia del Ejército durante la irrupción de los marinos a la fiesta del cártel de los Beltrán Leyva que se realizaba en Ahuatepec, municipio de Cuernavaca.
Arturo Beltrán era un hombre tranquilo, no tenía fiestas o escándalos ni hacía nada raro, pero en su departamento había cortinas diferentes a las permitidas y nunca eran levantadas. Jamás vi nada sospechoso ni anormal, aseguró Graciela Martínez, del departamento 101 de la torre Elbus, ubicado abajo de los dos que destrozaron los marinos durante la incursión.
Otros vecinos de Beltrán Leyva negaron que antes de la balacera se les desalojara. Fue la cosa más horrible, un largo rato de balazos y granadazos, y ahora sabemos que era la guerra, expresaron unos. Los marinos limpiaron un poco el edificio para que pasaran los medios de comunicación, y luego se quedaron tres días en el conjunto, detallaron otros.
La muerte de Beltrán Leyva, un golpe lleno de dudas
Ricardo Ravelo. Proceso.

La muerte de Arturo Beltrán Leyva fue considerada por Felipe Calderón como un golpe contundente contra el narcotráfico. Sin embargo, la información oficial acerca del operativo preparado y ejecutado por las fuerzas especiales de la Marina deja muchos huecos. Según un testimonio ministerial al que este semanario tuvo acceso, el día del ataque el llamado Jefe de Jefes esperaba a comer en su departamento nada menos que al comandante de la 24 Zona Militar con sede en Cuernavaca. El mismo testigo afirma que el capo fue víctima de la traición de su jefe de sicarios, La Barbie…
Poco antes de las 3 de la tarde del miércoles 16 se preparaba una comida en el departamento 201 de una de las cinco torres del complejo residencial Altitude, ubicado en la colonia Lomas de La Selva, en Cuernavaca, Morelos, que habitaba el capo Marcos Arturo Beltrán Leyva.
Lo acompañaban cinco de sus hombres de mayor confianza, entre ellos Edgar Valdez Villarreal, La Barbie, su jefe de sicarios.
Cabeza de su propia célula criminal desde 2008, Beltrán Leyva recibía en su búnker del edificio Elbus constantes reportes de los gatilleros que conformaban los tres cinturones de seguridad que, como ya era costumbre, vigilaban tanto el condominio como los movimientos en las calles.
Según el testimonio que rindió en la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) una de las cinco personas detenidas durante el operativo en el fraccionamiento Altitude y quien es cocinero, el capo ya había sido informado de algunos movimientos extraños a las afueras de su lujoso departamento, pero “confió en que su gente tenía todo controlado y que nada ocurriría”.
Mientras tanto, El Barbas, como le apodaban al narcotraficante sinaloense, dialogaba con Valdez Villarreal y otros miembros de su séquito. Afinaban detalles para recibir a un invitado especial con quien supuestamente Beltrán había acordado comer: el general Leopoldo Díaz Pérez, jefe de la Zona Militar 24, con sede en la capital morelense.
Por las declaraciones de otros indiciados –cuyos nombres se reservó la SIEDO y quienes fueron capturados el 11 de diciembre cuando participaban en una preposada de narcos en Tepoztlán, Morelos, a la que según reportes recibidos por la Secretaría de Marina asistiría El Barbas– se sabe que a ese encuentro también estaban invitados un capitán y un mayor del Ejército adscritos a la misma zona militar. Sus nombres tampoco han sido revelados.
El testimonio de quien es identificado como “el cocinero” –a cuya parte medular tuvo acceso este semanario– no precisa qué hizo Valdez Villarreal el día del operativo desplegado el miércoles 16: si huyó al percatarse de la irrupción de los marinos o si decidió irse antes de que iniciara la balacera; en cambio, sostiene la versión que La Barbie pudo ser el traidor que aportó la información sobre la ubicación exacta de Arturo Beltrán Leyva.