¿Y EL HOSPITALITO APA`?
3 mar 2010
Rechaza Ruiz desvío de recursos en Oaxaca.
Dijo que estas acusaciones tienen tintes políticos por las elecciones a la gubernatura de julio próximo.
Octavio Vélez, corresponsal
Publicado: 03/03/2010 16:08
Oaxaca, Oax. El gobernador Ulises Ruiz Ortiz rechazó que exista desvío de recursos públicos en la Secretaría de Salud durante su administración, pero dijo que no mete las manos por ninguno de los ex funcionarios y funcionarios.
Subrayó que la Procuraduría General de República (PGR) ha hecho acusaciones con motivos políticos por las elecciones a la gubernatura, diputados locales y autoridades municipales de julio próximo.
Dijo que estas acusaciones tienen tintes políticos por las elecciones a la gubernatura de julio próximo.
Octavio Vélez, corresponsal
Publicado: 03/03/2010 16:08
Oaxaca, Oax. El gobernador Ulises Ruiz Ortiz rechazó que exista desvío de recursos públicos en la Secretaría de Salud durante su administración, pero dijo que no mete las manos por ninguno de los ex funcionarios y funcionarios.
Subrayó que la Procuraduría General de República (PGR) ha hecho acusaciones con motivos políticos por las elecciones a la gubernatura, diputados locales y autoridades municipales de julio próximo.
De cómo se financia la campaña priísta.
De “Oaxaca. Diario digital”.
Oaxaca, Oax. 3 de marzo de 2010.- El contratista Jorge Fernández Albarrán, ingeniero civil, tiene su pequeña constructora en el Estado de México, vino a Oaxaca invitado por un amigo que trabaja en otra compañía propiedad de alguien cercano a Peña Nieto, con la promesa de que se le asignarían obras de repavimentación de calles.
Y en efecto, gracias a las relaciones de su amigo, con fecha primero de marzo, se le otorgó el contrato para la obra en tres calles en la zona sur de la ciudad de Oaxaca de Juárez. Pero el gozo se fue al pozo cuando le indicaron que debía firmar los comprobantes de cobro de esas tres calles; pero se le pagarían sólo dos y lo presupuestado para una tercera calle, debería transferirlo a una cuenta bancaria, al preguntarle a su amigo el porqué de ello, este último le dijo que mejor callara e hiciera como le dijeron, ya que son recursos que se utilizarán para la campaña política. Que en situación semejante a él, están los demás contratistas y si aceptaba, se le otorgarían cuando menos otros dos contratos.
El ingeniero no está dispuesto a seguir el juego corrupto y se dispone a presentar la denuncia respectiva y por supuesto, abandonar Oaxaca.
Díaz Pimentel se deslinda del Gobierno de URO, por el cual dejó al PRI
Escrito por Águeda Robles García
Oaxaca.- Mi presencia obedece a que me deslindo del Gobierno del Estado. Desde que me separe del cargo el 31 de octubre del 2005, no tengo ningún cargo en el Gobierno, “no soy amigo ni cómplice de Ulises Ruiz”, así lo dio a conocer el ex Secretario de Salud del Oaxaca, Juan Díaz Pimentel.
Me deslindó dijo, de un gobierno que tiene señalamientos muy graves y yo no los quiero compartir porque ni siquiera soy parte de la estructura, señalamientos que todos ustedes conocen y que tienen que ver con violaciones a las garantías individuales”.
El político oaxaqueño dijo que “mi carrera política inicio con Eladio Ramírez López, con Diodoro Carrasco me siento satisfecho, con José Murat me siento orgulloso de todo lo que hice, fue un gobierno que se multiplicó con hechos concretos y afirmo nuevamente que “me deslindo de cualquier relación con el gobierno de Ulises Ruiz” y de hecho lo que me hizo separarme de mi partido el PRI, fue el no compartir su manera de gobernar con frivolidad que solamente ha traído al gobierno de Oaxaca tropiezos y desesperanzas. Con respecto a su salida del tricolor, abundó en que su retiro de este órgano político no se dio bajo amenazas de ningún tipo, simplemente lo convencieron las acciones del Ejecutivo Estatal actual, y porque ahora el PRI es un partido diferente al que militó, y “no voy a pertenecer a un PRI al que pertenece Ulises Ruiz”.
Negó que fuera un asunto político-electoral, no debemos politizar un asunto que es de rendición de cuentas, he estado fuera del país y regrese para aclarar el asunto, retorne de Panamá y si fuera culpable no hubiera regresado. Destacó que este asunto no es político porque todos los funcionarios están en la obligación de rendir cuentas.
Yo veo spots del Gobernador, dijo, en donde anuncia que hizo tantos tramos de carretera cuando estos no existen en Oaxaca, no tiene credibilidad, pero en materia de salud existe un gran avance sin embargo no ha sido al apoyo del gobierno estatal, sino a programas estrictamente del Gobierno Federal. Sobre la alianza mencionó que le ve cara de triunfo, no voy a contender dentro de ella, pero voy a participar como oaxaqueño bien nacido para que Oaxaca tenga un mejor futuro.
De “Oaxaca. Diario digital”.
Oaxaca, Oax. 3 de marzo de 2010.- El contratista Jorge Fernández Albarrán, ingeniero civil, tiene su pequeña constructora en el Estado de México, vino a Oaxaca invitado por un amigo que trabaja en otra compañía propiedad de alguien cercano a Peña Nieto, con la promesa de que se le asignarían obras de repavimentación de calles.
Y en efecto, gracias a las relaciones de su amigo, con fecha primero de marzo, se le otorgó el contrato para la obra en tres calles en la zona sur de la ciudad de Oaxaca de Juárez. Pero el gozo se fue al pozo cuando le indicaron que debía firmar los comprobantes de cobro de esas tres calles; pero se le pagarían sólo dos y lo presupuestado para una tercera calle, debería transferirlo a una cuenta bancaria, al preguntarle a su amigo el porqué de ello, este último le dijo que mejor callara e hiciera como le dijeron, ya que son recursos que se utilizarán para la campaña política. Que en situación semejante a él, están los demás contratistas y si aceptaba, se le otorgarían cuando menos otros dos contratos.
El ingeniero no está dispuesto a seguir el juego corrupto y se dispone a presentar la denuncia respectiva y por supuesto, abandonar Oaxaca.
Díaz Pimentel se deslinda del Gobierno de URO, por el cual dejó al PRI
Escrito por Águeda Robles García
Oaxaca.- Mi presencia obedece a que me deslindo del Gobierno del Estado. Desde que me separe del cargo el 31 de octubre del 2005, no tengo ningún cargo en el Gobierno, “no soy amigo ni cómplice de Ulises Ruiz”, así lo dio a conocer el ex Secretario de Salud del Oaxaca, Juan Díaz Pimentel.
Me deslindó dijo, de un gobierno que tiene señalamientos muy graves y yo no los quiero compartir porque ni siquiera soy parte de la estructura, señalamientos que todos ustedes conocen y que tienen que ver con violaciones a las garantías individuales”.
El político oaxaqueño dijo que “mi carrera política inicio con Eladio Ramírez López, con Diodoro Carrasco me siento satisfecho, con José Murat me siento orgulloso de todo lo que hice, fue un gobierno que se multiplicó con hechos concretos y afirmo nuevamente que “me deslindo de cualquier relación con el gobierno de Ulises Ruiz” y de hecho lo que me hizo separarme de mi partido el PRI, fue el no compartir su manera de gobernar con frivolidad que solamente ha traído al gobierno de Oaxaca tropiezos y desesperanzas. Con respecto a su salida del tricolor, abundó en que su retiro de este órgano político no se dio bajo amenazas de ningún tipo, simplemente lo convencieron las acciones del Ejecutivo Estatal actual, y porque ahora el PRI es un partido diferente al que militó, y “no voy a pertenecer a un PRI al que pertenece Ulises Ruiz”.
Negó que fuera un asunto político-electoral, no debemos politizar un asunto que es de rendición de cuentas, he estado fuera del país y regrese para aclarar el asunto, retorne de Panamá y si fuera culpable no hubiera regresado. Destacó que este asunto no es político porque todos los funcionarios están en la obligación de rendir cuentas.
Yo veo spots del Gobernador, dijo, en donde anuncia que hizo tantos tramos de carretera cuando estos no existen en Oaxaca, no tiene credibilidad, pero en materia de salud existe un gran avance sin embargo no ha sido al apoyo del gobierno estatal, sino a programas estrictamente del Gobierno Federal. Sobre la alianza mencionó que le ve cara de triunfo, no voy a contender dentro de ella, pero voy a participar como oaxaqueño bien nacido para que Oaxaca tenga un mejor futuro.
¿Qué le pasa a Ulises?
Fernando Belaunzarán.
Oaxaca de Juárez, marzo 2.- Algo hay que reconocerle a Ulises Ruiz: es un tipo didáctico. Cuándo se habla de cacicazgos, de señores feudales, de manejo patrimonial y faccioso de las instituciones, de abuso de poder con absoluta impunidad política y jurídica, de la pervivenci a del autoritarismo y ausencia siquiera de cualquier atisbo de transición democrática, entonces el todavía gobernador de Oaxaca y su gobierno se han vuelto sin duda el ejemplo inmejorable, el paradigma al que todos recurren.
Su estilo desenfadado, su autosuficiencia jactanciosa, su poca preocupación por las formas y el descaro con el que demuestra que para él, en la lucha por el poder, todo está permitido, han hecho de Ulises una especie de Gonzalo N Santos del siglo XXI. Y sin embargo, no dejan de extrañar los excesos y la falta de ubicación institucional que demuestra al atacar de manera pública y con exabruptos a los partidos de oposición y a sus dirigentes por la alianza que éstos han construido para enfrentar al partido oficial y al aparato de gobierno que con él se confunde.
Que el mejor y más elocuente argumento para construir las polémicas alianzas izquierda-derecha en algunos estados sea Ulises Ruiz no debe significar que se le permita a tan pintoresco titular del Ejecutivo estatal que se meta a la contienda de manera activa y que el cinismo sirva como vacuna para cumplir la ley en un proceso que por fortuna será vigilado con lupa dentro y fuera del país.
El inicio marca el desarrollo del proceso y desde ahora se puede adelantar que los Consejeros que conforman la autoridad electoral en Oaxaca y que a lo largo de su encomienda han demostrado con consistencia y tesón que se desenvuelven como simples empleados del gobernador no van a poner en orden a su patrón. Por eso será fundamental el papel que la opinión pública juegue. Si los intereses peñanietistas en los medios de comunicación electrónicos prevalecen y se encubre el papel intervencionista de Ulises Ruiz se abonaría el terreno para el retorno al conflicto social. Las instituciones no podrán estar a la altura y encausar las dificultades por el camino de la ley y los órganos electorales si el gobierno convertido en parte las tiene sometidas.
Y no es que no se entienda la desesperación de Ulises Ruiz al que la competencia le complicó la sucesión y que es consciente de la posibilidad de que su partido pierda la elección. Sabe que cuando termine el tiempo de su encargo ya no gozará de la monumental impunidad que le ha permitido, entre otras cosas, ser el único gobernante del mundo en el que después de que la máxima instancia judicial lo declara responsable de delitos inexcusables -como lo es el “violar gravemente los derechos humanos”- y siga tan campante. Su instinto de sobrevivencia lo obliga a impulsar a alguien que le guarde las espaldas, lo cual explica su obstinación por imponer a su delfín por encima de otras opciones más competitivas.
Ulises se muestra irasible, provocador, vengativo, sin conciencia de su situación. El protagonismo no le conviene. Entre más aparezca, entre más golpeador se vea, entre más se vea metido en el proceso, le dará más la razón a los que se unieron para hacerle frente. Su fama pública no podría ser peor. Cierto que viene de ganar todos los distritos federales de manera holgada, pero sabe que lo hizo en elecciones que no generaron mayor interés en la sociedad y en las que con el voto comprado le resultaba más que suficiente. Así que si bien no la tiene perdida –es un operador electoral muy eficiente, mapache consumado y corruptor confeso- es claro que no hay mayor lastre para el candidato que surja del PRI que el propio Úlises.
La víscera es mala consejera y es evidente que el gobernador se sale de sus casillas al amenazar con la difusión de vídeos comprometedores de dirigentes que él supuestamente corrompió -¿lo veremos en el papel de Ulises Ahumada?- o querer remover las cenizas del conflicto por la presidencia del PRD asumiéndose como más pejista que el peje, pues además de su falta de la mínima autoridad moral para acusar a quién sea de lo que sea sólo alcanza a mostrarse dolido por la unidad que como nadie contribuyó el propio Ulises a que se conformara. Claro, se movió como loco para evitarla, presionando dirigentes locales, amenazando a los partidos y condicionando al gobierno federal la aprobación del IVA para que no hubiera coalición, pero pudo más la urgencia social por sacarlo del poder. Quizás se sienta burlado, utilizado, “chamaqueado” –machetazo a caballo de espadas. Y sin embargo, lo que no se puede negar es que cosecha lo que sembró.
En esta tragicomedia que protagoniza Ulises es imposible no sonreírse ante su pretendido papel de guardián ideológico de izquierdas y derechas. Se desgarra las vestiduras por la “incongruencia” de la alianza como si el combate al autoritarismo caciquil y su estela de injusticia, impunidad y corrupción que nadie como él representa en el país no sea un objetivo programático loable que pueden compartir tanto el PRD como el PAN. Lo cómico no reside en su ignorancia real o fingida sino en que se asuma como político de principios que no sólo cuida los propios sino hasta los ajenos.
Es obvio que la desesperación de Ulises es producto de que se abrió una ventana para el cambio en Oaxaca. Si la alianza se hubiera frustrado se le vería tranquilo y, aunque parece difícil siquiera imaginarlo, hasta respetuoso del proceso y de los contendientes. Es la perspectiva de la derrota la que lo tiene fuera de quicio. Y eso que la contienda ni siquiera ha comenzado.
El hartazgo ciudadano problema del gobierno, no electoral: Convergencia.
Fernando Belaunzarán.
Oaxaca de Juárez, marzo 2.- Algo hay que reconocerle a Ulises Ruiz: es un tipo didáctico. Cuándo se habla de cacicazgos, de señores feudales, de manejo patrimonial y faccioso de las instituciones, de abuso de poder con absoluta impunidad política y jurídica, de la pervivenci a del autoritarismo y ausencia siquiera de cualquier atisbo de transición democrática, entonces el todavía gobernador de Oaxaca y su gobierno se han vuelto sin duda el ejemplo inmejorable, el paradigma al que todos recurren.
Su estilo desenfadado, su autosuficiencia jactanciosa, su poca preocupación por las formas y el descaro con el que demuestra que para él, en la lucha por el poder, todo está permitido, han hecho de Ulises una especie de Gonzalo N Santos del siglo XXI. Y sin embargo, no dejan de extrañar los excesos y la falta de ubicación institucional que demuestra al atacar de manera pública y con exabruptos a los partidos de oposición y a sus dirigentes por la alianza que éstos han construido para enfrentar al partido oficial y al aparato de gobierno que con él se confunde.
Que el mejor y más elocuente argumento para construir las polémicas alianzas izquierda-derecha en algunos estados sea Ulises Ruiz no debe significar que se le permita a tan pintoresco titular del Ejecutivo estatal que se meta a la contienda de manera activa y que el cinismo sirva como vacuna para cumplir la ley en un proceso que por fortuna será vigilado con lupa dentro y fuera del país.
El inicio marca el desarrollo del proceso y desde ahora se puede adelantar que los Consejeros que conforman la autoridad electoral en Oaxaca y que a lo largo de su encomienda han demostrado con consistencia y tesón que se desenvuelven como simples empleados del gobernador no van a poner en orden a su patrón. Por eso será fundamental el papel que la opinión pública juegue. Si los intereses peñanietistas en los medios de comunicación electrónicos prevalecen y se encubre el papel intervencionista de Ulises Ruiz se abonaría el terreno para el retorno al conflicto social. Las instituciones no podrán estar a la altura y encausar las dificultades por el camino de la ley y los órganos electorales si el gobierno convertido en parte las tiene sometidas.
Y no es que no se entienda la desesperación de Ulises Ruiz al que la competencia le complicó la sucesión y que es consciente de la posibilidad de que su partido pierda la elección. Sabe que cuando termine el tiempo de su encargo ya no gozará de la monumental impunidad que le ha permitido, entre otras cosas, ser el único gobernante del mundo en el que después de que la máxima instancia judicial lo declara responsable de delitos inexcusables -como lo es el “violar gravemente los derechos humanos”- y siga tan campante. Su instinto de sobrevivencia lo obliga a impulsar a alguien que le guarde las espaldas, lo cual explica su obstinación por imponer a su delfín por encima de otras opciones más competitivas.
Ulises se muestra irasible, provocador, vengativo, sin conciencia de su situación. El protagonismo no le conviene. Entre más aparezca, entre más golpeador se vea, entre más se vea metido en el proceso, le dará más la razón a los que se unieron para hacerle frente. Su fama pública no podría ser peor. Cierto que viene de ganar todos los distritos federales de manera holgada, pero sabe que lo hizo en elecciones que no generaron mayor interés en la sociedad y en las que con el voto comprado le resultaba más que suficiente. Así que si bien no la tiene perdida –es un operador electoral muy eficiente, mapache consumado y corruptor confeso- es claro que no hay mayor lastre para el candidato que surja del PRI que el propio Úlises.
La víscera es mala consejera y es evidente que el gobernador se sale de sus casillas al amenazar con la difusión de vídeos comprometedores de dirigentes que él supuestamente corrompió -¿lo veremos en el papel de Ulises Ahumada?- o querer remover las cenizas del conflicto por la presidencia del PRD asumiéndose como más pejista que el peje, pues además de su falta de la mínima autoridad moral para acusar a quién sea de lo que sea sólo alcanza a mostrarse dolido por la unidad que como nadie contribuyó el propio Ulises a que se conformara. Claro, se movió como loco para evitarla, presionando dirigentes locales, amenazando a los partidos y condicionando al gobierno federal la aprobación del IVA para que no hubiera coalición, pero pudo más la urgencia social por sacarlo del poder. Quizás se sienta burlado, utilizado, “chamaqueado” –machetazo a caballo de espadas. Y sin embargo, lo que no se puede negar es que cosecha lo que sembró.
En esta tragicomedia que protagoniza Ulises es imposible no sonreírse ante su pretendido papel de guardián ideológico de izquierdas y derechas. Se desgarra las vestiduras por la “incongruencia” de la alianza como si el combate al autoritarismo caciquil y su estela de injusticia, impunidad y corrupción que nadie como él representa en el país no sea un objetivo programático loable que pueden compartir tanto el PRD como el PAN. Lo cómico no reside en su ignorancia real o fingida sino en que se asuma como político de principios que no sólo cuida los propios sino hasta los ajenos.
Es obvio que la desesperación de Ulises es producto de que se abrió una ventana para el cambio en Oaxaca. Si la alianza se hubiera frustrado se le vería tranquilo y, aunque parece difícil siquiera imaginarlo, hasta respetuoso del proceso y de los contendientes. Es la perspectiva de la derrota la que lo tiene fuera de quicio. Y eso que la contienda ni siquiera ha comenzado.
El hartazgo ciudadano problema del gobierno, no electoral: Convergencia.
Ante la ola de manifestaciones sociales que ha vivido el estado de Oaxaca, el Presidente del Comité Directivo Estatal del Partido Convergencia, Mario Arturo Mendoza Flores, señaló de manera tajante que estos acontecimientos no son mas que el reflejo del hartazgo que la sociedad manifiesta hacia la falta de resultados de la administración que encabeza Ulises Ruiz Ortiz, consecuencia a su vez de su evidente falta de sensibilidad, a su ineficiencia e ineficacia por la falta del cumplimiento de aquellas promesas que hiciera hace 5 años y que constantemente sus compañeros de partido siguen ofertando, sin que se hagan realidad.
“El único responsable de este hartazgo ciudadano y de esta falta de atención a las demandas públicas, lo es el gobierno de Ulises Ruiz, así como sus colaboradores encargados de generar los mecanismos y las respuestas procedentes a la población, para que ésta pueda considerar que al menos sí es atendida. En tal sentido Convergencia descalifica cualquier otro argumento que pudiera indicar orígenes diferentes a la realidad que están manifestando las voces ciudadanas del pueblo de Oaxaca”.
Debido a que el gobierno Ulisista accedió al poder con una nula legitimidad de origen, a lo largo de su mandato este ha transitando por caminos donde se manifiesta la inconformidad en contra del mal gobierno, así como el reclamo por los nulos resultados, que ante la vista de los oaxaqueños resulta impostergable cambiar.
“La visión que persiste en la mayoría de la ciudadanía es de corrupción y de alejamiento ciudadano por parte de sus autoridades y de su gobierno, de distanciamiento, de insensibilidad y de un gobierno que le da la espalda recurrentemente a su ciudadanía”.
En tal sentido Convergencia demanda que a la brevedad Ruiz Ortiz asuma su responsabilidad constitucional de brindar las garantías para el libre transito pero también para el respeto a la libre manifestación de los ciudadanos”.
Es por eso que él líder estatal de este instituto político hace un llamado a las y los oaxaqueños para que transiten e impulsen el cambio en el estado, que indudablemente les garantizará el final de este caos social y político.
“Es necesario que los ciudadanos se pregunten si quieren seguir en la misma situación en la que hemos vivido desde hace mas de 5 años y algunas desde hace más de 8 décadas de gobiernos corruptos, autoritarios, tiranos e insensibles, u optar por un gobierno donde prevalezca el diálogo, el respeto hacia los derechos humanos, al libre tránsito y hacia los acuerdos en beneficio de la ciudadanía; pero sobre todo el impulso hacia la transición democrática que avale el progreso y la oportunidad de dejar de mirar hacia atrás y de poder consolidarnos como un solo Oaxaca donde las voces de todos los ciudadanos se encaminen hacia la justicia y la paz social”