SE EXHIBE LA MISERIA MORAL

22 jun 2010

Hijo de Marcial Maciel demandó a la Legión de Cristo en Estados Unidos
Raúl González Lara acusa a la orden de encubrir los abusos que su padre cometió en su contra
Asegura su abogado que los excesos del sacerdote fueron solapados por altos jerarcas del Vaticano
ALMA E. MUÑOZ

Periódico La Jornada
Martes 22 de junio de 2010, p. 36
Representado por el abogado Jeff Anderson, conocido por defender a víctimas de ataque sexual por parte de sacerdotes católicos, Raúl González Lara, hijo biológico de Marcial Maciel, demandó por la vía civil a la Legión de Cristo, por encubrir los abusos que su padre cometió en su contra.
La demanda fue interpuesta este lunes ante la Corte Suprema de New Haven, en Connecticut, Estados Unidos, y abarca el patrimonio que forjó en vida el sacerdote mexicano y que quedó en manos de la congregación.
Anderson planteó que Maciel cometió sus excesos –adicción a la morfina y pedofilia– con pleno conocimiento de los líderes de la Legión y de los más altos funcionarios del Vaticano, “incluyendo tres o cuatro papas –entre ellos el actual–, y al cardenal Ángelo Sodano, hoy cabeza del Sacro Colegio Cardenalicio”.
En videoconferencia desde Estados Unidos, el abogado presentó a González Lara como una infortunada víctima de la depravación de Maciel, que se suma a un grupo de centenares más.
Mediante preguntas, hizo que el hijo de Marcial Maciel detallara abusos que sufrió de su padre. Éstos empezaron cuando tenía siete años y se prolongaron casi nueve. Se volvió algo normal en mi vida, especialmente cuando estaba de vacaciones con él. Crecí con ello.
–¿Fue tu introducción al sexo? –le preguntó Anderson.
–Sí –contestó Raúl.
–¿Cuántas veces crees que tu papá abusó de ti?
–Más de mil veces.
Añadió que lo mismo hizo con su medio hermano Omar. Esas violaciones las cometió cuando era viejo, probablemente de 65 años. Explicó que la lucha legal que ayer emprendió es para obtener justicia para todas las víctimas.
Anderson expuso amplia y detalladamente cómo las acciones de Marcial Maciel, pese a las múltiples denuncias en su contra, contaron siempre con la complicidad y el silencio de las más altas autoridades del Vaticano.
La información que tenemos demuestra que en los años 50 del siglo pasado los abusos y la adicción de Maciel a la morfina fueron descubiertos, y que el papa Pío XII (por esos motivos) lo suspendió en 1958, (aunque) después Juan XXIII lo reinstaló (en el ministerio sacerdotal) por razones que ignoramos y que nunca fueron hechas públicas.
En 1976, el obispo John R. McGann, de la diócesis de Rockville, envió al papa Paulo VI copia de una carta que envió en octubre de ese año uno de sus sacerdotes, Juan José Vaca Rodríguez, a Marcial Maciel, acusándolo de abusar sexualmente de 20 seminaristas, con los mismos pretextos que usó con él para violarlo: decía que sentía dolor y le ordenaba permanecer en la cama. Yo aún no tenía 13 años y usted sabía que Dios me había mantenido intacto, puro hasta entonces, sin haber tenido nunca ninguna mancha sobre la inocencia de mi infancia, cuando usted esa noche, ante mi terrible confusión y angustia, me arrancó la virginidad masculina...
Al no obtener respuesta, dos años después el mismo obispo renvió a la Santa Sede la carta, consiguiendo el mismo resultado.
El litigante también explicó que en 1979, durante su visita a México, Juan Pablo II vio y estuvo con Maciel, y ponderó sus virtudes a todo el mundo. Un año después, Raúl nació.
Mencionó la existencia de un cuarto reporte contra el fundador de los legionarios de Cristo, enviado directamente por Vaca Rodríguez al antecesor de Benedicto XVI en 1989, “nueve años después del nacimiento de Raúl y mientras Maciel ya abusaba de él y de otros; sabemos que Juan Pablo II y los demás jerarcas de la Santa Sede no hicieron nada al respecto. Sospechamos que eso fue por la estatura mundial de Maciel y por su habilidad para recaudar dinero en todo el mundo, y para establecer seminarios hasta en 40 diferentes países.
“Sabemos –insistió Anderson– que Maciel ocultó su verdadera condición de sacerdote religioso a Raúl, su familia y a otros (haciéndose pasar por agente de la CIA y empleado de Shell), pero lo que hacía no era secreto para los funcionarios del Vaticano: que era adicto y pedófilo, y también un gran recaudador, que trajo enormes cantidades de dinero y prestigio para la Iglesia y el Vaticano, incluyendo al propio Juan Pablo II.”
Definió a Marcial Maciel como un enfermo incapaz de controlarse a sí mismo. Podemos explicar su conducta, porque era un depredador con poder, pero ¿cómo se explica la falta de acción del Vaticano? Nuestra demanda está diseñada para obtener respuestas e impedir que estos crímenes continúen.
Jeff Anderson presentó la demanda, de carácter civil, ante la corte superior de New Haven, porque ubica a Maciel como un empleado o agente aparente del acusado, la Legión de Cristo, a la que define como una corporación mundial que ha hecho y continúa haciendo negocios en Connecticut.
Argumenta que la congregación maneja sus negocios desde este estado, a través de Legion of Christi College Inc, ubicada en Cheshire, y de Legion of Christi Incorporated, situada en Handem.
Confía en un fallo favorable de la Suprema Corte que reconstruya su vida
La necesidad me llevó a liderar al FPDT: Trini
BLANCHE PETRICH

Periódico La Jornada
Martes 22 de junio de 2010, p. 5
San Salvador Atenco, estado de México, 21 de junio. En la medida en que se acerca el momento en que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) emita el fallo que determinará si los 12 presos políticos de Atenco quedan libres o terminan de cumplir sus penas de cárcel, María Antonieta Trinidad Ramírez de Del Valle, más conocida ahora como Trini, siente como si el reloj se detuviera, como si su vida entrara al compás de la espera. Lo que está en juego tiene que ver con su lucha por la defensa de la tierra, pero sobre todo, con su familia, su hogar.
Su esposo, Ignacio del Valle, dirigente del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), purga una condena de 112 años de prisión, en tanto su hija, América del Valle, está prófuga desde hace cuatro años, acusada de secuestro equiparado.
Trini recuerda: Antes me levantaba y apuntaba mentalmente: hoy hay que ir a la marcha, a la reunión, al foro, a tal cita. Además, escombrar la casa, conseguir las mantas, atender la cocina, echar las tortillas, salir a la parcela. Porque las mujeres del FPDT nos metimos a un proyecto agrícola. El año pasado cosechamos unas mazorcas así de grandes.
Ahora están esperando que maduren las vainas del frijol. Pero a decir verdad, les ha faltado riego, porque la lucha social ha robado a estas labradoras muchas horas de la labor campesina. Ahora todo está hecho, expresa con un dejo de ansiedad. Sólo nos queda asistir a la concentración del miércoles 23 frente a la Corte, porque ese día sesionan y deciden los cinco ministros de la primera sala, aunque ya nos dijeron que el fallo no se va a anunciar hasta el día 30.
Si con la resolución de la Suprema Corte de Justicia logramos la libertad de los 12 presos de Atenco, también vamos a dar un paso para lograr más adelante la libertad de América del Valle, mi hija, que no está en una cárcel, pero tampoco es libre. Si la Corte no los declara libres, tampoco mi hija será libre. Y eso es lo que más me angustia.
La tarde de domingo la casa de Trini parece más sola que nunca. Desde la calle llega el ruido de los caballos y el timbre de los bicitaxis, como todo tráfico pueblerino. Desde el solar los chillidos de los marranos reclaman su alimento en la porqueriza. En privado, la esposa de Ignacio del Valle, la lideresa de los macheteros de Atenco, descarga su emoción.
América, es América la que me inquieta. Ya me lo han explicado claramente los abogados, va a ser la última en regresar. Yo sé que no está entre las rejas. Pero no es libre para vivir su vida. Yo pasé por esta experiencia de vivir prófuga siete meses, desde mayo hasta noviembre de 2006, encerrada en pequeños lugares. Imagínate nosotros, acostumbrados a caminar nuestros campos, bajo nuestras nubes. La veo desesperada, aunque en sus cartas expresa mucha entereza.
Se infunde valor: Si los ministros entienden la verdad y fallan en favor de los presos, será una victoria de todo el pueblo. Si tan sólo comprendieran que la culpa de la violencia no fue nuestra, sino del mal gobierno. Como esposa de Ignacio me dará una gran felicidad saber que va a regresar a esta casa, a su lucha. Pero sobre todo será una gran felicidad saber que ahora lo podemos hacer juntos.
Antes del golpe contra el movimiento campesino de Atenco, Trini era la compañera de Nacho, una más entre las muchas mujeres que desde la segunda fila, machete en ristre, nutrían las marchas contra el decreto que pretendía expropiarles las tierras, pagándoles siete pesos el metro cuadrado, para construir un aeropuerto internacional.
Después del ataque de las fuerzas policiacas estatal y federal, con los líderes del movimiento presos o prófugos, esta mujer, enfermera rural y ama de casa, tomó el altavoz y empezó a arengar a los activistas que, apenas sanadas las heridas, se volvieron a congregar frente a la Casa Ejidal Emiliano Zapata.

–¿Te consideras una lideresa natural?
–No, yo pienso como Nacho. Él siempre decía que aquí no hay líderes, el único líder es el trabajo. A mí un día me tocó un despertar muy brusco. Cuando los compañeros no estuvieron entre nosotros me tuve que parar a hablar en un mitin. Y la gente me escuchó. El reto era mantener de pie el movimiento, que no se desmoronara. Uno nunca se prepara para esas cosas. Yo muchas veces me sentí muy insegura, incluso ante los mismos compañeros, que quizá pensaban bueno, y ésta qué va a poder hacer. Pero también uno se encuentra con mucha generosidad entre el pueblo, son ellos los que me enseñaron, me guiaron, me fueron forjando.
“Desconocía muchas cosas, pero la necesidad me hizo aprenderlas. La clave fue la presencia constante. Yo convencí con mis acciones, no con palabras: limpiar el local, hacer mantas, convocar reuniones, tomar acuerdos, llamar a las acciones, siempre estar ahí y no perder el piso. Lo que he logrado lo hice siempre al lado de los demás, con el apoyo de muchas manos.
“Recorrí un camino totalmente desconocido que me abrió mucho los ojos. He conocido a mucha gente que de otro modo nunca me hubiera encontrado. Por ejemplo, a Carlos Monsiváis, ¿te imaginas? Un día me tocó verlo, estar con él en la misma mesa con el presidente de Bolivia, Evo Morales. O a Carlos Montemayor. En una ocasión me tocó platicar con él, contarle de nuestra resistencia. Me escuchó con mucha atención. Después le puse nuestro paliacate al cuello. Luego me enteré de todo lo que había escrito, de sus libros, de cómo él siempre fue pueblo. Ese día lloré.
“Recibir el apoyo moral de gente como Eduardo Galeano, como Noam Chomsky, eso nos deja una marca muy profunda, a mí y mis compañeros. Y aprendemos mucho como organización.
Además, he aprendido a trabajar el campo. Las mujeres del frente nos metimos a un proyecto agrícola. Es un esfuerzo inmenso, que exige trabajo desde las primeras horas de la madrugada. Me encanta el campo, me encanta mi casa, pero ahora también me encanta la lucha afuera y no la voy a dejar. No voy a renunciar a todo esto, no voy a ser un parásito.
–¿Imaginas la vida con tu esposo de vuelta a casa, libre?
–Lo quiero ver libre ya. Cuando vuelva vamos a platicar mucho, a planear juntos muchas cosas y quizá hasta a pelear un poco porque, la verdad, aquí ya cambiaron los papeles. Tendremos que encontrar la forma de encontrar la igualdad desde la casa. Trataré de entenderlo, pero si no nos entendemos no me voy a detener. Estos cuatro años aprendí que una mujer como yo, pobre e ignorante, puede vencer.
–¿Eres optimista?
–Soy realista. Hay dos antecedentes que me pesan mucho: la primera resolución sobre el caso de Atenco, en el que la Corte dijo: ‘sí se violaron los derechos humanos, pero no hay culpables’. Y la otra, más reciente, la de la guardería ABC de Hermosillo, Sonora. La Suprema Corte decidió proteger a los altos funcionarios que tuvieron responsabilidad.
Si hay una posibilidad de que los declaren libres (a los atenquenses), a esa esperanza me aferro. Es la esperanza que sentí cuando fallaron sobre las indígenas otomíes (en abril pasado, cuando se resolvió que no se había respetado el debido proceso en las sentencias de las queretanas Alberta Alcántara y Teresa González). Eso debería ocurrir ahora, pero tengo terror, lo confieso.
–Sobre América, ¿qué esperas?
–Me acuerdo muy bien lo que te dijo hace año y medio, cuando la entrevistaste, que si en México hubiera verdadera justicia, no dudaría en entregarse. ¿Eso ha cambiado? Creo que no. Si la Corte falla con sentido de justicia y declara la libertad de los 12 de Atenco, tendría que diseñarse una estrategia legal para que ella pudiera entregarse, defenderse y salir libre. Por el momento, ni tocar el tema.
Defiende CNDH su informe sobre la muerte de los niños Almanza
La redacción

MÉXICO, D.F., 21 de junio (apro).- La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) defendió hoy los resultados de su informe sobre la muerte de los niños Bryan y Martín Almanza, ocurrida en abril pasado, en un retén militar de Ciudad Mier, Tamaulipas.
En respuesta a las descalificaciones de las secretarías de Gobernación (Segob) y de la Defensa Nacional (Sedena), el presidente de ese organismo, Raúl Plascencia, sostuvo que su indagatoria no se basó únicamente en una versión de los hechos, como lo dio a entender en días pasados la Sedena.
"No es solamente el punto de vista de la víctima, no es el punto de vista de una persona, es el resultado de un proceso formal de investigación debidamente sustentado, pero vamos a esperar la respuesta oficial para entonces sí hacer el pronunciamiento que debidamente corresponda", dijo.
Luego de participar en el foro binacional de medios, denominado "Los retos de la inseguridad y la violencia, México-Estados Unidos", el ombudsman nacional dijo que la CNDH integró un expediente de mil 500 páginas, que incluye 326 diligencias, 17 dictámenes periciales y 25 entrevistas del informe oficial que les entregó la Sedena, además de documentos que emitieron otras autoridades.
El pasado viernes 18, el titular de la Segob, Fernando Gómez Mont, restó validez al informe de la CNDH al calificarlo de "descontextualizado", al estar sustentado en una sola versión de los hechos.
Según Gómez Mont, la CNDH “acepta que no pudo tener acceso a todas las evidencias, y yo lo único que he dicho es, independientemente de cualquier cosa, el hecho de que esté descontextualizada, de que sólo haya tenido acceso a parte de la evidencia, es un hecho que no debe ser ignorado a la hora de valorar sus conclusiones".
Al respecto, Raúl Plascencia dijo este lunes que estará pendiente de la respuesta por escrito y de las pruebas que la Sedena anexe al informe, “porque lo que me enviaron en su momento por escrito, firmado, relativo a los hechos, no corresponde a las pruebas que nos allegamos a partir de los testimonios".
Y agregó que por el bien del Estado y la sociedad, espera una respuesta oficial por parte del gobierno federal que haga justicia a la familia Almanza Salazar.
Plascencia aseguró que entre los testimonios que recabó el organismo autónomo, y que resultaron coincidentes, están el de los padres de los menores, un tío, varios de sus primos, todos ellos sobrevivientes del ataque a balazos en Tamaulipas, así como de cuatro testigos que pasaban por el lugar, además de los médicos y enfermeras que atendieron a las víctimas y los peritos que acudieron al lugar de los hechos.
"La conclusión de esta comisión es que no tuvimos evidencias para darle sustento a la versión de la Sedena. ¿Será que en este país tenemos que continuar dudando de lo que diga la víctima de un delito?", preguntó Raúl Plascencia, luego de lo cual aseguró que se mantendrá al pendiente de la iniciativa que en su momento envíe el Ejecutivo Federal sobre el fuero militar.
Despiden a Monsiváis con larga ovación, poesía y canto a capela
Propone El Fisgón que la calle donde vivía el cronista se llame San Simonsi: Carlos Monsiváis
La periodista Elena Poniatowska rubricó el acto y todo el público entonó La paloma
MÓNICA MATEOS-VEGA

Periódico La Jornada
Martes 22 de junio de 2010, p. a10
Con una larga ovación que el público brindó de pie y el canto a capela de La paloma, concluyó el homenaje a Carlos Monsiváis, con sus cenizas presentes, ayer en el Teatro de la Ciudad.
Participaron amigos del cronista: Elena Poniatowska, Rafael Barajas El Fisgón; Alejandro Brito, Jesús Ramírez Cuevas, Marta Lamas, Omar García, Jesusa Rodríguez, Horacio Franco, Susana Harp y Eugenia León, quienes ofrecieron lo mejor de sus palabras y canto para despedir al autor de Amor perdido.
El encuentro, que duró poco más de dos horas y al que se invitó a asistir al público en general sin restricciones, dio inicio con las palabras del jefe de Gobierno del Distrito Federal (GDF), Marcelo Ebrard, quien afirmó: la ciudad está de luto y no va a ser la misma sin Carlos.
El funcionario agregó que el autor nos formó, nos criticó, nos mostró y a veces nos acompañó, pero siempre va a estar con nosotros. Su legado para la ciudad es inmenso: el Museo del Estanquillo es el más conocido del país, junto con el Museo Nacional Antropología. Sus ideas, sus textos, lo que vivimos juntos, quienes tuvimos el privilegio, siempre va a estar con nosotros, no vamos a olvidar nunca lo que nos enseñó, sobre todo la perspectiva crítica, sobre todo lo que hacemos, decimos, pensamos o no hacemos. Lo vamos a tener siempre cerca, en nuestra ciudad siempre estará Carlos Monsiváis.
La titular de la Secretaría de Cultura del GDF, Elena Cepeda, reiteró que se creó la medalla Carlos Monsiváis al Mérito de la Ciudad de México, la cual se otorgará a los ciudadanos mexicanos o extranjeros que trabajen en favor de la cultura, de su promoción, democratización y renovación y cuya labor contribuya a la creación de un pensamiento cultural crítico e igualitario.
Un video realizado con fragmentos de una entrevista concedida a TvUNAM trajo la imagen y la voz de un Monsiváis que, una vez más, arrancó carcajadas con su ironía: No tengo personaje; yo soy mi biblioteca y ahora mi videoteca. En todo caso mi personaje es alguien a quien se le ha negado la posibilidad de decir no y que si le hablan para una entrevista, aunque sepa que no tiene nada que decir, acepta.
Una voz en off conversó a nombre de todo el público con el filme, que por unos instantes creó la ilusión de que Monsiváis estaba ahí, presto a responder cuestiones como ésta: “Oye, Monsi, dicen por ahí que hiciste de los horribles años 40 y 50 un México maravilloso e interesante”.
Y el aludido respondía: uno de los cambios más drásticos que noto de ese México es que yo era joven.
Luego correspondió a su prima Beatriz Sánchez agradecer en nombre de toda la familia las impresionantes muestras de afecto, cariño y admiración que han recibido desde que el escritor fue internado en el hospital, el pasado 2 de abril.
Omar García, quien fue compañero de Monsiváis en los años recientes, leyó un texto escrito por el autor de A ustedes les consta, titulado Las causas perdidas: “Las derrotas de las que nuestra historia abunda no son el sinónimo de las causas perdidas, son el resultado histórico y cotidiano de la desigualdad de fuerzas, el dominio que por largos periodos también es hegemonía de las clases gobernantes, de la compra periódica de los que hacen las veces de líderes o ideólogos de la resistencia.
“Las causas perdidas comparten numerosos rasgos de los movimientos derrotados, pero vienen de más lejos. De la elección ética con resonancias estéticas, del adherirse a reclamaciones y reivindicaciones condenadas al fracaso inmediato, pero pálidas en sí mismas, incapaces de difundir ese momento de dignidad, pese a todo lo que expresa admirablemente el poema de Kavafis Che fece... il gran rifiuto: ‘Para algunos el día llega en que tienen que dar el gran sí o el gran no. Quien tiene el sí dispuesto de antemano sobresale de inmediato, y al decir, penetra el glorioso camino del honor. El que rehúsa nunca se arrepiente. Si de nuevo le preguntan repetirá no, y sin embargo ese no tan justo lo aplastará el resto de su vida’.”
El director teatral José Luis Ibáñez subió al estrado a leer los poemas favoritos de su amigo Carlos. Empezó con un texto de Luis Cernuda, titulado precisamente Las causas perdidas.
Luego ofreció El perro de San Roque, de Ramón López Velarde, el cual, dijo, conoció porque se lo recitó de memoria el propio Monsiváis una mañana por teléfono: Yo sólo soy un hombre débil, un espontáneo/ que nunca tomó en serio los sesos de su cráneo.
Sentados en primera fila, Ebrard, Poniatowska, Cepeda, Consuelo Sáizar, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, así como los familiares cercanos de Monsiváis observaban conmovidos al dramaturgo, a quien por momentos se le quebraba la voz: he besado mil bocas,/ pero besé diez frentes/ mi voluntad es labio y mi beso es el rito.

Luego presentó Elegía, de Salvador Novo: Los que tene- mos unas manos que no nos pertenecen,/ grotescas para la caricia, inútiles para el taller o la azada,/ largas y fláccidas como una flor privada de simiente/ o como un reptil que entrega su veneno/ porque no tiene nada más que ofrecer.
Pero fue Nocturno y elegía, del poeta cubano Emilio Ballagas, el poema que puso en vilo el ánimo de los presentes: “Si pregunta por mí, di que me he muerto/ y que me pudro bajo las hormigas/ dile que soy la rama de un naranjo,/la sencilla veleta de una torre.
“No le digas que lloro todavía/ acariciando el hueco de su ausencia/ donde su ciega estatua quedó impresa/ siempre al acecho de que el cuerpo vuelva (...)
“Soy un árbol, la punta de una aguja,/ un alto gesto ecuestre en equilibrio:/ la golondrina en la cruz, el aceitado/ vuelo de un búho, el susto de una ardilla./ Soy todo, menos eso que dibuja/ un índice con cieno en las paredes/ de los burdeles y los cementerios (...)
Si pregunta por mí, dile que habito/ en la hoja del canto y en la acacia./ O dile, si prefieres, que me he muerto/ dale el suspiro mío, mi pañuelo/ mi fantasma en la nave del espejo/ tal vez me llore en el laurel o busque/ mi recuerdo en la forma de una estrella.
El maestro Ibáñez, bañado en llanto, se retiró del recinto al concluir su participación.
Correspondió a Alejandro Brito hablar del activismo de Carlos Monsiváis en favor de los derechos de los homosexuales y de las minorías, y reiteró: fue el activista de las causas justas que, en un país tan corrupto, quiere decir de todas las causas perdidas.
La cantante Eugenia León subió al escenario para interpretar primero La jaula de oro y luego, acompañada por el flautista Horacio Franco, La paloma, pieza que todo el público coreó: cuánta falta nos hace Benito Juárez para desplumar aves neoliberales.
Franco anunció que su próximo disco compacto estará dedicado a Monsiváis, en el que incluye música indígena de Chiapas.
En su turno, Marta Lamas habló de esa locura gatuna que la unía al narrador y confirmó que los amados gatos de Monsiváis están bien, que serán entregados en adopción luego de un riguroso proceso para asegurarse de que el hogar al que lleguen sea el mejor.
Dijo que se trató de una confusión la versión absurda que circula respecto de que la familia del autor se había deshecho de los felinos y sólo confirmó la muerte de Mito Genial, debido a que ya estaba muy viejito. También aseguró que sólo uno de los 12 o 13 mininos del cronista ha sido entregado a una nueva dueña: Susana Fisher.
Monsiváis no aceptaba que esa izquierda que opta sólo por defender los derechos humanos no defendiera los derechos de animales. Espero que esta causa suya sea retomada.
Por su parte, su amigo y compañero de causas, el periodista Jesús Ramírez Cuevas, señaló que Carlos fue hijo del pueblo, y siempre siguió los pasos de la gente.
Resaltó el hecho de que su colega nunca aceptó el canto de las sirenas, nunca el prejuicio, nunca la violencia viniera de donde viniera; fue el cronista “del empoderamiento de los ciudadanos”.
Rafael Barajas El Fisgón subió al estrado con la propuesta de que se bautice la calle en la que está ubicada la casa en la que vivió toda su vida el autor de Por mi madre bohemios “con el nombre laico de San Simonsi (personaje de un irónico cuento que narró): Carlos Monsiváis”.
La actriz Jesusa Rodríguez apareció caracterizada como Borola Tacuche y le dijo a Poniatowska: estoy como tú, huérfana, así está México. Primero se fue mi papá (Gabriel Vargas) y ahora mi padrino.
Luego recordó que en el cumpleaños 50 de Monsiváis, Jesusa y Liliana Felipe le compusieron un himno, el cual interpretó entre vivas y aplausos del público.
Llegó el turno de Susana Harp, quien interpretó La Llorona y una melodía zapoteca “para que se vaya don Monsi con estos cantos dulces del México que tanto amó”.
Elena Poniatowska cerró las intervenciones al leer el texto que ofreció el domingo en el Palacio de Bellas Artes (publicado ayer en estas páginas). Al concluir, el público, de pie, aplaudió por espacio de tres minutos y comenzó a cantar, de nuevo, La paloma.
Antes de que la familia del escritor se retirara del Teatro de la Ciudad, algunas personas lograron acercarse a la urna con las cenizas para acariciarla, derramar una lágrima y susurrar: “Monsi vive”.