APAGAR EL FUEGO CON GASOLINA

13 dic 2010

Michoacán, narcorebelión

Jorge Carrasco Araizaga

MÉXICO, D.F., 12 de diciembre (Apro).- Felipe Calderón es el hombre de la violencia. Mientras más muertos deje su gobierno, más éxito reclamará en su “guerra al narcotráfico”.

Desde hace un año optó por el aniquilamiento, por extremar la fuerza con el conocimiento de que esa medida le costará la vida a civiles inocentes.

El “presidente valiente”, como se presentó al inicio de su gobierno cuando declaró su guerra, propone como única salida la represión. Así lo dijo también desde el primer día.

Los primeros tres años de su mandato intentó bajar los enfrentamientos entre los cárteles del narcotráfico. No pudo. Decidió entonces hacer suya la salida

estadunidense: aniquilar algunos jefes.

Empezó hace un año en Cuernavaca, con Arturo Beltrán Leyva, El Barbas; siguió con Ignacio Nacho Coronel; luego Antonio Ezequiel Cárdenas Guillén, Tony Tormenta, y ahora Nazario Moreno González, El Chayo.

La medida es más efectista que efectiva. Puede decir que va contra todos, que no protege a ninguna organización, que le ha pegado a los Beltán Leyva, al cartel de Sinaloa, al cartel del Golfo y a La Familia Michoacana. En esa lógica tendría que seguir algún jefe de Los Zetas.

El movimiento del narcotráfico es circular: a la muerte del líder, sigue otro. Preparados para la traición interna o de sus protectores institucionales, los jefes

del narcotráfico forman a sus sucesores. Nadie está dispuesto a que se pierda el millonario negocio: ni los traficantes de droga, ni las autoridades que les apoyan,ni los que ponen su nombre para limpiar el dinero.

Tampoco Estados Unidos, cuyo objetivo sólo es “regular” el marcado ilegal de la droga en México mediante el control de la violencia, es decir, que sea el gobierno mexicano y no los cárteles los que decidan el nivel de violencia.

Pero en ese objetivo, Calderón desestimó lo que en Estados Unidos mismo se advirtió: el Estado mexicano se ha diluido en varias zonas del país, tanto en el control del territorio como en su autoridad ante los ciudadanos. Primero negó que así fuera y hasta retó a que se lo demostraran.

Después, su gobierno rechazó lo que también se viene diciendo desde hace tiempo en Estados Unidos, incluso por la propia secretaria de Estado, Hillary Clinton: que en México hay signos de narcoinsurgencia.

En Michoacán, su estado natal, tiene el ejemplo más claro de ambos fenómenos: ausencia de control en parte del territorio y acciones sociales de rechazo a

instituciones del Estado.

Es en su tierra donde la eliminación del Chayo, uno de los jefes de La Familia Michoacana ha desatado una inusitada reacción colectiva y organizada cuyas

consecuencias aún estamos por conocer.

Tres días después de que el vocero de seguridad nacional, Alejandro Poiré, anunciara la muerte de Nazario Moreno, El Chayo, durante los enfrentamientos con la Policía Federal, las protestas sociales en rechazo a ese hecho se mantienen.

El domingo, cientos de personas marcharon en Apatzingán en un rechazo abierto a la Policía Federal que está bajo la responsabilidad del secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna.

En la lógica de que esas manifestaciones sean pagadas por La Familia Michoacana, la protesta no deja serlo y, en todo caso, es una expresión del control que ha logrado el narcotráfico en sectores sociales.

Lo mismo se ha visto en Sinaloa y Nuevo León con el cártel de Sinaloa y Los Zetas, por mencionar otros casos.

Pero en ninguno como en Michoacán se había vivido el incendio desatado por Calderón, quien quiere despejar el camino para que su hermana, Luisa María, se quede con la gubernatura que él jamás logró.

El costo que está pagando su estado es demasiado alto, no sólo por la inestabilidad política que provocó con la detención de funcionarios estatales y municipales, sino por los muertos civiles que ha dejado su estrategia en toda la entidad.

Aún no se sabe el saldo real de la confrontación iniciada el miércoles, pero Calderón ha decidido echar más gasolina en los próximos días con el envío de miles

de tropas y policías.

Cancún: resultados al gusto de quienes más contaminan

IVÁN RESTREPO

Concluyó la cumbre sobre el clima. Sus resultados fueron del agrado de China, Estados Unidos, Rusia, Japón, Canadá y la Unión Europea, máximos generadores de gases de efecto invernadero. El gran logro, dice Christiana Figueres, responsable en la Organización de Naciones Unidas de los asuntos climáticos, es que la luz de la esperanza se ha vuelto a encender y la fe en el proceso para obtener resultados ha sido restaurada.

Que así sea. En tanto, y pese a los esfuerzos por convertir brevemente a Cancún en polo turístico ejemplar, no pudieron ocultar las desigualdades socioeconómicas, la falta de planeación urbana, la agresión al paisaje y a los ecosistemas costeros, la contaminación de la laguna Nichupté. Los delegados comprobaron que la erosión hace de las suyas en el litoral de la península de Yucatán, Tabasco y Veracruz.

La reunión sirvió de tribuna a varias instancias gubernamentales de México para informar sobre las cosas buenas que están haciendo, de tal forma que nuestro país semeja el paraíso en el tema ambiental, donde hay un esfuerzo sostenido y permanente para revertir los daños ocasionados por fincar el crecimiento de la economía en el mal uso y la destrucción de los recursos naturales.

Así, el titular de la Comisión Nacional del Agua detalló las labores de la dependencia a su cargo para cumplir la Agenda del Agua 2030, que incluye recuperar las 300 cuencas hidrográficas del país, agua potable para todos, reubicación de los asentamientos localizados en los márgenes de los ríos. Hubiera sido bueno saber si durante la década de gobierno panista recuperaron al menos una de las cuencas altamente contaminadas, como la Lerma-Chapala-Santiago, la del Coatzacoalcos, el Balsas o el Pánuco; o evitar la extracción desmedida de líquido y, a la vez, recargar los acuíferos en estado crítico, como los del valle de México, La Laguna o Hermosillo.

En su turno, Georgina Kessel, titular de la Secretaría de Energía, anunció dos nuevos proyectos para producir energía con base en el viento, Sureste I y Sureste II, en el Istmo de Tehuantepec. Como ocurre con otros proyectos, estarán a cargo de las trasnacionales. En este caso españolas, que encontraron en México la tierra prometida para acrecentar sus ganancias.

Por su parte, el gobernador de Quintana Roo señaló que la entidad a su cargo cuenta con políticas públicas para combatir el cambio climático, con proyectos para generar energías alternativas, eliminar todos los tiraderos a cielo abierto y proporcionar agua limpia a la población.

Durante la cumbre, las áreas donde se alojaron las delegaciones y la zona turística lucieron limpísimas, no así donde viven los pobres. Además, una empresa, Reoil, comprará los residuos de aceite a decenas de hoteles y restaurantes para elaborar biodiesel y así evitar que los residuos se tiren al subsuelo o al drenaje.

En paralelo, los gobernadores de los tres estados que conforman la península de Yucatán acordaron crear un fondo para disminuir las emisiones contaminantes y contrarrestar así los efectos del cambio climático. Se desconoce el monto de los recursos destinados para tal fin y los programas para reducir la vulnerabilidad de la zona costera, preservar la calidad del agua del acuífero peninsular y proteger el macizo forestal, el segundo del continente. Se espera que pronto Quintana Roo deje de ocupar el primer lugar nacional en delitos ambientales.

Finalmente, el licenciado Felipe Calderón pidió preservar los bosques y selvas del planeta mediante mecanismos que permitan pagar a quienes en el medio rural cuiden tan importantes ecosistemas.

En el caso de México –dijo– son 13 millones de habitantes, en su mayoría indígenas que viven en la miseria. Además, proclamó que el turismo ya no debe fincarse en la destrucción de la naturaleza, del paisaje. Proponemos dos asuntos urgentes para hacer realidad lo anterior: 1. Reordenar y consolidar el crecimiento de Cancún y la Riviera Maya, a fin de que garanticen su existencia a largo plazo y dejen ser polos de desigualdad; 2. Cancelar el megaproyecto Costa Pacífico que el gobierno federal piensa establecer al sur de Sinaloa. Son incontables los daños ambientales, sociales y económicos que ocasionaría.

Fugas de información

CARLOS FAZIO

Las filtraciones de Wikileaks sobre los cables del Departamento de Estado y el affaire en torno a su fundador, Julian Assange, encarcelado en Gran Bretaña, siguen produciendo ruido mediático. Umberto Eco describió el hecho como un escándalo aparente, dada la hipocresía que gobierna las relaciones entre los estados, los ciudadanos y la prensa. A modo de ejemplo, ironizó escribiendo que las informaciones top secret sobre Silvio Berlusconi que la embajada de Estados Unidos en Roma enviaba a Washington eran las mismas que Newsweek había publicado la semana anterior.

No obstante, el cablegate (el Watergate de los cables) exhibe la tradicional política de presiones, chantajes, descalificaciones y la soberbia imperial de Estados Unidos, junto al servilismo de sus cipayos, pero con papeles. Lo que muchos sabían, pero de manera documentada. Allí radica la novedad. Con otro dato sustancial: no es información clasificada de las 16 agencias de la comunidad de inteligencia; son documentos más bien diplomáticos que de espionaje. Muchos imaginaban que el secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Ban Ki-moon era un pobre payaso o intuían que Felipe Calderón era un colaboracionista de la diplomacia de guerra de Washington, al frente de una república bananera (como lo describió en un cable su amigo Luis Camilo Osorio, actual embajador de Colombia en México); pero ahora eso es oficial y, a diferencia de otros archivos desclasificados, viene sin taches.

Sin embargo, persisten algunas dudas. ¿Por qué Wikileaks, descrita por Pepe Escobar como un paraíso artificial neobaudelaireano, donde se conjuntan anarquismo, libertarismo y altísima tecnología –y que en sus comienzos recibió apoyo económico de Associated Press, Los Angeles Times y Reporteros sin Fronteras, tres instrumentos reproductores de las fabricaciones ideológico-propagandísticas del Pentágono–, terminó pactando las filtraciones con el propio Departamento de Estado a través de los filtros impuestos por el cártel mediático conformado por The NewYork Times, Le Monde, The Guardian, El País y Der Spiegel, todos occidentales y afines al sistema capitalista que se critica? ¿Se trató en verdad, como se ha dicho, de una astuta estrategia para garantizar el máximo impacto mediático y poder exhibir a Estados Unidos como eje de una enorme conspiración autoritaria?

Si así fuera, ¿por qué el Pentágono no recurrió a la Doctrina Conjunta de Operaciones de Información, definida como el empleo integral, articulado, de la guerra electrónica, las operaciones de las redes de computadoras, las operaciones sicológicas, el engaño militar y las operaciones de seguridad, para eliminar a Wikileaks de la red? ¿No pudo o no quiso?

Por distintas razones político-ideológicas, lo anterior ha inducido a algunos medios como Granma y analistas como el viejo halcón Zbigniew Brzezinski a especular que se trata de información sembrada por sectores de inteligencia vinculados a los neoconservadores, interesados en manipular el actual proceso interno estadunidense para perjudicar al gobierno de Barack Obama y obtener algún objetivo específico. Verbigracia, el regreso de la extrema derecha al poder. También se ha manejado que podría obedecer a una campaña de desinformación del Mossad israelí.

En la jerga periodística, la expresión carne podrida alude a la filtración de información-desinformación por un servicio de inteligencia a un medio. Las fugas de información han formado parte esencial de las operaciones de guerra sicológica y las acciones encubiertas, que echan mano de la propaganda a través de la utilización de un sistema estable de estereotipos, mitos, clichés y burdas falsificaciones que a diario son inoculados a la opinión pública por los medios. Información fabricada muchas veces con el aporte de soplones y vasallos, como los que ahora exhibe Wikileaks, con el antecedente de que ya antes fueron publicados informes rigurosamente secretos de la Agencia Central de Inteligencia y el Pentágono.

En el marco del fenómeno Wikileaks podríamos estar asistiendo en la coyuntura a un proceso complejo, contradictorio y caótico de reideologización de la política exterior estadunidense, reflejo de agudas discrepancias y luchas político-ideológicas en su seno. En la etapa, lo ideológico predominaría sobre lo propagandístico. La diferencia entre las campañas ideológicas y las propagandísticas corresponde a la relación entre la estrategia y la táctica ideológicas, y refleja la jerarquía de las metas a largo y a corto plazo de las actividades ideológicas.

El contenido de las campañas ideológicas suele ser heterogéneo. En conexión con las tesis claves, centrales, existen orientaciones periféricas, que pueden parecer más o menos independientes, pero conservan una vinculación orgánica con la campaña fundamental, en cuyo cauce se desarrollan. Por ejemplo, la amenaza terrorista, el populismo radical, la guerra al narcotráfico, las campañas pro derechos humanos vinculadas al Premio Nobel. Los medios masivos cumplen un papel clave en la preparación de la campaña ideológica, pero sobre todo en la creación del telón de fondo ideo-sicológico ante el que posteriormente se representa la campaña ideológica oficial de la administración estadunidense, vía su gigantesco aparato propagandístico.

Pretender matar al mensajero es otra muestra de hipocresía. Sin querer ser concluyentes, pensamos que las filtraciones anónimas a Wikileaks provienen del riñón de la burocracia estadunidense y obedecen a una dura lucha de poder en el seno de la plutocracia imperial. En las matrices de opinión divulgadas se prioriza a los enemigos de Washington. Lo que no quita que, como apunta Rosa Miriam Elizalde, ninguna estrategia de resistencia debería desdeñar el conocimiento y la apropiación de las nuevas tecnologías, el valor de la transparencia informativa y el ciberespacio como ámbito de acciones ofensivas y defensivas. Ergo, de la Internet como arma de lucha popular emancipadora.