PARA BENEFICIARSE DEL PODER, NADA MÁS.

26 nov 2010

La disputa

LUIS JAVIER GARRIDO

La acre disputa entre el gobierno de facto de Felipe Calderón y el PRI por el 2012 ha ahondado a lo largo de 2010 la crisis económica y financiera del país y está poniendo una vez más en evidencia el hecho vergonzoso de que las instituciones de la República no son otra cosa que un botín de dos facciones de los intereses mafiosos en el poder, y sobre todo que ninguno de los dos bandos tiene nada que ofrecer a los mexicanos.

1. ¿A qué se debe entonces esta querella, que muchos se niegan a comprender, entre quienes parecían estar condenados a ser aliados permanentes?

2. El pleito ha arreciado porque desde que en su ponencia al festejarse los 20 años del IFE Salinas reclamó el 12 de octubre a los panistas que en vistas a las próximas elecciones se respetara el principio de la alternancia, pero de ida y vuelta, como había sido pactado en los 80 por su gobierno con los panistas (para los que creó las condiciones que les permitieron compartir el poder del Estado), y al responderle Calderón se ha olvidado de que llegó de manera ilegítima a la silla presidencial gracias a Salinas, quien ayudó a Fox a orquestar el fraude, y ha ido extremando un discurso maniqueo. En el futuro no puede ya gobernarse ni desde el autoritarismo ni desde la dictadura como en el pasado, dijo por ejemplo referiéndose a los gobiernos priístas al entregar el 24 los premios nacionales de 2010 a académicos de la derecha (para seguir festejando seguramente la Revolución Mexicana).

3. La propuesta del PRI fue empero enunciada una vez más por Carlos Salinas de Gortari, como jefe nato del Institucional, al participar ese mismo miércoles 24 en un acto del Grupo Bursátil Mexicano Casa de Bolsa (GBM), y pretender que ellos no siguen el modelo neoliberal. En el debate público, según Salinas, existen dos propuestas no muy clarificadas: la del neoliberalismo (que sería la del PAN) y la del neopopulismo (que sería la del PRI y que en sus libros solía llamar de la democracia social), para no hablar, agregó, de la del que llamó el innombrable, aludiendo con su propio mote a Andrés Manuel López Obrador, que, dijo, anda promoviendo su otra opción, refiriéndose al proyecto alternativo de nación de su movimiento. Luego de respaldar sibilinamente la supuesta “guerra contra el narco” de Calderón, Salinas se tiró a fondo y subrayó el desastre en el que los panistas han convertido a la economía mexicana pues, a pesar de haber recibido casi 100 mil millones de dólares por las exportaciones de crudo, el producto interno bruto tuvo un desempeño inferior al de Haití y la economía mexicana tuvo en 2009 su caída más severa en ocho décadas, concluyendo que la inseguridad y la violencia son consecuencia de la miseria de los grupos más desamparados de la población.

4. La desorientación absoluta de la administración de Barack H. Obama en este último año sobre México no ha hecho en este contexto más que agravar la crisis mexicana, pues las continuas declaraciones contradictorias de los principales funcionarios estadunidenses sobre nuestro país, descalificándolo a todos los niveles, no dejan de impactar de manera negativa a la política interna. Los principales responsables del gobierno obamita, que manejan a trompicones su relación con México, han tardado en darse cuenta de que la intención de Bush de tratar de doblegar por completo al gobierno panista con la estrategia de la colombianización preconizada por los halcones del Pentágono y acogida con entusiasmo por el PAN no iba a tardar en revertirse contra ellos, como en los hechos está pasando, y que en vez de tener mayor seguridad al instaurar un escenario de violencia con un protectorado al sur de su frontera –no un Estado libre y soberano–, lo que lograrían sería generar mayor inseguridad de ambos lados de la frontera, como ha ido aconteciendo.

5. El activismo del embajador estadunidense Carlos Pascual, aferrado aún a las tesis de los halcones de Bush y a la confusa línea ultraderechista de Hillary Clinton al frente del Departamento de Estado, ha resultado en extremo desafortunado. Aceptadas sus intervenciones por el débil gobierno calderoniano (que está echando por los suelos la política internacional de México), se está haciendo eco de la tesis descabellada de que todos los partidos, salvo el PAN, son la expresión del mal, y el mismo miércoles 24 tras entregar al gobierno unos helicópteros Black Hawk denunciaba molesto las críticas a Calderón asumiendo que son al gobierno estadunidense que dirige ya en los hechos la política interior de México con el pretexto de que está implementando la Iniciativa Mérida.

6. El PRI, en esta mira, ha avalado durante años las políticas antinacionales de Calderón y de su gente, colaborando a la militarización y al desmantelamiento de la nación, y así hace días avaló el Presupuesto de Egresos para 2011, a pesar del recorte brutal al campo y a la educación pública que se hace en éste, y le dio las espaldas a la Revolución Mexicana, que una vez sustentó su ideología, aceptando las patéticas fiestas del centenario en 2010, pero ahora se endurece al acercarse el 2012.

7. La decisión de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados de posponer para 2011, acaso hasta agosto, la designación de los tres integrantes del Consejo General del IFE que debió haber hecho a más tardar en octubre pasado, incumpliendo así el mandato constitucional, no es nada más consecuencia del pésimo manejo del proceso de designación a cargo del diputado panista Javier Corral, de los vetos tanto de Los Pinos como del CEN del PRI a las propuestas de sus contrapartes pretendiendo agandallarse dos de las tres posiciones, de la insistencia priísta en que una de éstas sea para Televisa (con la hermana de Leopoldo Gómez), con lo que este poder fáctico se erigiría en árbitro del proceso, sino de algo más profundo: la disputa entre el PRI y Calderón sobre quién va a imponer al próximo presidente de México y que necesita para ello manejar a su antojo el IFE y el proceso de 2012.

8. La disputa por el IFE no es un asunto menor pues evidencia una vez más lo que ya se sabe: que hay otra disputa más profunda, que es desenfrenada y que es por la nación: entre la mafia salinista y la mafia yunquista-calderonista, que busca independizarse de aquélla. Nadie puede creer tras esta violenta pérdida de las formas en las instituciones actuales, en el IFE, en la imaginaria democracia mexicana o en que va a ser limpio el proceso de 2012.

9. La posposición se hace para que pueda negociarse todo de mejor manera, pretendiendo algunos que sea tras las elecciones locales de julio en el estado de México, en la expectativa de que PRI y PAN puedan ir de la mano en 2012 (como ha sido el caso desde 1988) para poder enfrentar con posibilidades de triunfo a López Obrador. De imponerse la lógica blanquiazul, Salinas aún puede postular a Beltrones o a Fidel Herrera, y de imponerse Salinas, Calderón tiene a mano a muchos posibles candidatos comparsas, empezando por Josefina y por Lujambio, para sumarse de manera soterrada a la candidatura de Peña Nieto, como quería Diego, hoy aún misteriosamente desaparecido.

10. El PAN y el PRI no tienen en cualquier caso un proyecto que pueda beneficiar al pueblo mexicano. No son portadores más que del voraz afán de unos cuantos corruptos por seguir prevaleciendo sobre los derechos de la nación y de los mexicanos.

Dádivas y derechos

Sara Lovera



MÉXICO, D.F., 25 de noviembre (apro).- En todo el mundo inicia este jueves la jornada de 16 días contra la violencia que viven las mujeres, misma que concluirá el próximo 10 de diciembre al conmemorarse la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Esta jornada, que ya empieza a ser una sana costumbre, permite reflexionar sobre el estado que guarda la situación de violencia que viven las mujeres.

En México la situación no mejora con la guerra desatada en campos y ciudades contra el narcotráfico. El círculo de violencia que se vive en los lugares más recónditos o apacibles es nefasto. Sin embargo se insiste en políticas públicas que pueden, en algunos casos, salvar vidas, aunque en otros se trata de políticas de relumbrón y simuladas para aprovechar algunos recursos que se etiquetan tanto en presupuestos oficiales como en los organismos internacionales.

Este año, por ejemplo, el Instituto Nacional de las Mujeres etiquetó recursos para los gobiernos estatales para analizar cómo el lenguaje excluyente y demoledor coadyuva o no a la violencia que viven las mujeres, siete de cada 10 en todo el país.

Sin embargo, el lenguaje no es más que el reflejo de una situación social y de convivencia agresiva que no servirá de nada si no hay otro tipo de transformaciones, por ejemplo el cese de la política de guerra y de la idea generalizada de que todos los conflictos sólo pueden solucionarse por la vía violenta, los golpes, los insultos o simplemente las armas.

De ahí la importancia de pensar, más bien, en la urgente necesidad de establecer un sistema de relaciones democráticas, de la familia al gobierno. De otro modo la espiral de la violencia será infinita. No es, como dice la derecha, que en los hogares se anida la violencia, y sí es, al mismo tiempo, un reflejo que documenta cómo anda el país.

De la misma forma actúa sobre los hogares la política institucional violenta, donde las policías, el ejército, los sicarios, los empleados del narco y la delincuencia cotidiana dan muestra de la manera de abordar todas las relaciones, desde las amorosas hasta las comerciales.

La Jornada de los 16 días busca reflexionar y hacer mirar cómo funciona este sistema envolvente, donde todas y todos participamos de distintas formas. Y a pesar de leyes, políticas públicas y discursos, cada vez que se reflexiona se constata que no cesa la violencia contra las mujeres.

Sólo en el Distrito Federal, la capital del país, entre enero y septiembre de este año llegaron 44 mil denuncias a las Unidades de Prevención y Atención de la Violencia Familiar, y personal en materia legal y psicológica atendió 119 mil casos. El asunto revela que no hemos avanzado casi nada.

Sin embargo, hay intentos de parar seriamente el círculo. Por ejemplo, durante años las feministas han sostenido que una mujer se ve impedida de salir de un hogar donde es violentada sistemáticamente, despreciada y desvalorizada con los golpes y el miedo, porque no tiene cómo enfrentar la vida sin los recursos económicos del agresor, casi siempre su pareja, pero también se trata de los padres y, a veces, de hijos mayores.

Para remediar esto, en el Distrito Federal se creó hace dos años un derecho: el seguro para mujeres violentadas, que consiste en una beca en dinero, apoyo psicológico, acompañamiento legal, capacitación para el trabajo y, con frecuencia, crédito para una casa.

Este seguro, que no es dádiva, sino un derecho en la capital del país, ayuda a salvar vidas, sin discusión, pero es también un acto de Estado a que obliga la ley, la Convención Interamericana contra todas las formas de Violencia que sufren las mujeres y la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida sin violencia.

No es una dádiva, reitero, pero se confunde con ella, porque la población no tiene una explicación clara del significado de ésta, junto con otras políticas integrales que operan en el Distrito Federal y que en general no son cabalmente explicadas ni entendidas por la población.

También en el Distrito Federal se ensayan otras políticas, como el establecimiento de una casa de emergencia o el recibir en un refugio, temporalmente, a mujeres violentadas. Además está la ley que creó, hace ocho o 10 años, las Unidades de Prevención, que tampoco reciben la publicidad necesaria para que las mujeres acudan.

No se trata, pues, de dádivas ni de discursos. La violencia contra las mujeres puede atenuarse con estas políticas, pero persiste en la sociedad porque la misma población la consiente. Se sigue creyendo que las mujeres son menores de edad, que no tienen valor o pueden ser, sin responsabilidad, controladas y maltratadas, porque ese es su destino. Habrá quien diga que estoy exagerando, pero no es posible encontrar una respuesta al número creciente de mujeres agredidas y asesinadas.

En esta jornada vale la pena explorar los datos que se irán dando durante 16 días, así como los modelos de atención a las víctimas y las formas como funciona este entramado que permite que no se solucione el problema.

Es maravilloso que haya muchas mujeres con un seguro contra la violencia que puedan usar. Y es encomiable que de nuestros impuestos muchas de ellas reciban apoyos económicos para tener la fuerza de romper el círculo de su violencia familiar individualmente, pero valdría la pena pensar en comunidad y colectivamente.

Lo realmente necesario es que desechemos en la vida diaria esta manera agresiva de relacionarnos, individual y colectivamente; tener un sistema de justicia, que fuera eso y consiguiera realmente dejar claro, a quienes infligen violencia contra una mujer, que eso es un delito inaceptable; además, que la política global del gobierno de Felipe Calderón retirara las armas como mecanismo para solucionar lo que llaman “inseguridad”, puesto que esa anida, crece, se desarrolla tanto en la casa como en la calle, tanto en las relaciones de pareja como en las laborales y comerciales, tanto en la idílica familia como en la escuela y en las carreteras.

Acabo de estar en Chiapas, y me contaron que en Comitán, la tierra de Rosario Castellanos, todos los días hay un hecho de violencia, o sea que ésta se aprende, se recrea, se acepta, y entonces no existe la fuerza millonaria para pararla. Hace falta un millón de personas pidiendo que esto cambie, tomar el zócalo para pedir democracia y cero violencia, porque tenemos miles de huérfanos, miles de mujeres mutiladas, miles de mujeres deprimidas, miles de funcionarias frustradas, porque ni todas las políticas ni todo el dinero pueden hoy evitar el sufrimiento femenino que está ligado a la desigualdad y a la antidemocracia, el engaño y, también, la demagogia que escucharemos repetida todos estos días.

Se abusa de la buena fe y credibilidad sociales

JORGE CARRILLO OLEA

La sociedad mexicana no tiene conocimiento de los grandes temas militares; si no conoce los de mayor magnitud, menos puede pedírsele que domine los detalles. Esto se corresponde con la ignorancia que se tiene en el cuerpo militar respecto de la vida civil en general y más aún del complejo universo político. Si alguien piensa que lo señalado es un tema sin importancia, sencillamente se equivoca. El que civiles, desde el Presidente de la República hasta sencillos trabajadores, no conozcan lo descrito, significa una grieta en la estructura del Estado, que no del gobierno.

No hay país que no tenga en gran consideración a sus fuerzas armadas. En México no falta voluntad, pero arrastramos décadas de haberse decidido políticamente que a ellas se les pondría bajo un capelo y con eso se les honraba y se les aislaba.

Hace cuatro años se tomó una decisión errónea, precisamente por el Comandante Supremo, en una imperdonable ignorancia de las potencialidades y debilidades de las fuerzas armadas.

Se les lanzó a la hoguera sin anticipar que ese fuego podría inflamar, por encima de ellas, a la mitad del territorio, por lo menos y hasta hoy. Los estados que no están inflamados, como Tabasco o Quintana Roo, no puede decirse que estén libres del narco, para nada. Solamente sucede que la lucha aún no se ha manifestado.

Atendiendo sólo a la información disponible y sus elementales consecuencias, el anuncio hecho de que la Secretaría de la Defensa Nacional pedía miles de millones de pesos para crear 18 batallones, despertó, por ignorancia, muchas y diversas reacciones. Claro, si la sociedad civil no sabe lo que es un batallón mexicano, su referencia quizá sea sólo algún episodio cinematográfico o de televisión, lógicamente extranjeros. Si no tiene noción de lo que es un batallón menos calculará el reto terrible de crear 18 y, por tanto, su opinión, respetabilísima, carece de fundamento.

Pero no acabó ahí el sainete, tan a la ligera y misteriosamente como se propuso, la propuesta se retiró. La inquietud surgió: ¿Pues no que eran vitales esos batallones? Y si lo eran ayer, ¿cómo es que ahora ya no lo son? Para responder a esta cándida cuestión se lanzó otro dardo. Ahora se plantea modificar leyes como la orgánica y otras medulares, para hacer del personal de servicio hombres combatientes.

Otra vez falta de información sobre lo que eso puede ser; preguntando aquí y allá, pues el Poder Ejecutivo nada clarifica, la sociedad supo que se trata de llevar a la línea de fuego a choferes, electricistas, camareros, mecánicos, dibujantes, cocineros, profesores, navegadores aéreos, enfermeros, ingenieros, defensores de oficio, escribientes, archivonomistas y para qué abundar...

La gente entiende que tan grave medida correspondería a una crisis de carencia de personal. Entonces sería que el reclutamiento ya no funciona y, otra vez, la ausencia de información. Si eso es así, ¿Por qué? ¿Qué pasó? ¿Nos enteramos ayer? Una crisis de personal pone en duda el sostenimiento de la guerra.

¿Cuánto tiempo llevará adiestrar a ese personal para ir a la línea de fuego? Primero habrá que ponerlos en aptitud física. Muchísimos no darán el ancho. Problemas de edad, de peso, de condiciones de salud que no los incapacitan para lo que hacen, pero sí para combatir, como la disminución de la agudeza visual. Entonces, otra vez, ¿Qué está pasando que se llega a extremos como el descrito? No sería más fácil calificar a jóvenes reclutados, de edad y condiciones convenientes y darles su adiestramiento básico en semanas? Seguramente que el Consejo de Seguridad Nacional debatió y avaló ambas decisiones.

Quizá sea que la sociedad ha llegado al grado extremo de rechazar la incorporación a las fuerzas armadas. O que la ola de deserciones sea altísima, más de las decenas de miles al año que se han sabido. Pues entonces algo muy grave debe estar pasando. Esperemos que no, que sólo sea lo de siempre, mantener a la sociedad en la ignorancia, cueste lo que cueste. Aunque si esto fuera así se estaría abusando de la buena fe de la ciudadanía y eso es también algo muy, muy grave.