QUE NUNCA NADIE MÁS...

2 dic 2010

LAS VOCALES.

Ausencia Gómez.

En estas horas concluye uno de los periodos más negros de la historia de Oaxaca, que se extendió hasta su conclusión legal por la gracia de dos hechos repudiables, el intercambio de favores entre el PAN y el PRI en el Senado de la República para que el sátrapa continuara y que Calderón asumiera la presidencia por una parte y por otra, por el poder de las armas de la policía federal preventiva y las bandas paramilitares en el 2006. Sin esos hechos, hoy no se cumpliría la despedida.

Periodo que es un largo inventario de agravios a la población y a sus segmentos que van desde los “indios mugrosos, ignorantes y desarrapados” hasta los segmentos privilegiados por un desarrollo desigual e inequitativo. Finalmente, todos fuimos afectados. Y que esto sirva de lección colectiva para que nunca más nos suceda algo semejante, para que nunca más nadie enajene la soberanía popular para el uso faccioso del poder en beneficio de su red mafiosa, familiar y propia.

Que nos sirva de lección, de experiencia y de ejemplo para que no más compren nuestro voto con cuentas de vidrio y espejitos; para que adquiramos un mínimo de cultura política y no seamos más objeto de lavado de cerebro con consignas mediáticas, rostros bonitos y política telenovelera. Que nos sirva para no dejarnos manipular por nadie, ni comprar por nadie, ni permitir que se pisoteen nuestros derechos cívicos y humanos por delincuentes que se dicen llamar “funcionarios” de cualquier nivel y en cualquier instancia de la administración pública cuando su condición es de servidores públicos.

Que el “nos veremos pronto…” sirva a todos para permanecer alertas, no en el retorno de individuos solamente sino en la permanencia de las prácticas políticas y sociales que hacen posible tanto la existencia como el maniobrar de esta y otras calañas de individuos que pululan en el medio político oaxaqueño; aunque hoy se vistan de seda democrática. Hay que recordar y estar alertas, hay que avanzar en la práctica de la cultura democrática en todos los espacios de la vida pública, quiéranlo o no los políticos profesionales.

Y en estos momentos cargados de simbolismo, convocamos a los mártires caídos por la guadaña represora, les convocamos y les nombramos, su sangre ha florecido en la voluntad colectiva de abrir los espacios que nos hagan dueños de nuestro destino común. Con su asesinato, la caterva represora pretendió silenciar su voz y truncar todo aquello por lo que lucharon, no callaron las voces ni hicieron fracasar la movilización de la ciudadanía oaxaqueña. Nuestros muertos no lo están, viven con y en nosotros y en los que nos sucedan.

Que lo sepan los que llegan, la victoria es de la ciudadanía; que no se les ocurra seguir los mismos pasos ni las mismas prácticas, Oaxaca ha puesto su cuota de sangre, no la traicionen. Porque conservamos la memoria, porque no fuimos vencidos, que nadie nunca más pretenda atarnos al yugo de la servidumbre política, que jamás permitamos ser esclavos de la demagogia de nadie, que no vendamos nuestra conciencia a las sobras de ningún plato de lentejas.